Retenciones cero: alivio breve, dudas largas en el campo argentino

El lunes llegó con un anuncio que sacudió al agro: el vocero presidencial, Manuel Adorni, comunicó que desde hoy y hasta el 31 de octubre las exportaciones de granos quedarán exentas de retenciones. Una medida que, en palabras del Gobierno, busca oxigenar al sector y, al mismo tiempo, darle un respiro a las reservas del Banco Central en plena tensión cambiaria.

A simple vista, el gesto parece histórico. Retenciones cero para todos los granos y oleaginosas: una bandera que el campo viene enarbolando desde hace décadas. Sin embargo, la letra chica abre una discusión inevitable: ¿qué tan real será el beneficio y a quién alcanzará de verdad?

Exportadores en carrera, productores en la incertidumbre

En lo inmediato, los más favorecidos son los exportadores, que ahora tienen una ventana de poco más de un mes para acelerar la liquidación de divisas. Esa liquidación es, de hecho, el motor que el Gobierno necesita para fortalecer reservas y dar señales al mercado.

Pero del lado de los productores, la mirada es más escéptica. Muchos ya vendieron su producción meses atrás, presionados por deudas, costos crecientes o falta de capacidad de almacenamiento. Para ellos, el anuncio llega tarde. Otros, que todavía conservan stock, sí podrán aprovechar la mejora. Pero la advertencia es clara: la previsibilidad no se construye en seis semanas.

La vieja deuda: reglas claras y de largo plazo

El campo no solo pide alivio fiscal. Reclama certezas, algo escaso en un país donde la política agropecuaria suele ajustarse a los vaivenes financieros. Sembrar implica proyectar a una, dos o tres campañas; y las decisiones tomadas de un día para otro no alcanzan para darle confianza a quienes arriesgan capital, trabajo y futuro en cada hectárea.

En este punto, referentes rurales coinciden en que lo anunciado puede ser un alivio coyuntural, pero no sustituye a un programa estructural. Sin crédito accesible, sin mejoras en infraestructura y con costos de insumos en alza, las retenciones cero corren el riesgo de convertirse en un parche más.

¿Qué viene después del 31 de octubre?

La gran incógnita es qué pasará cuando el calendario llegue al límite de la medida. ¿Volverán las alícuotas anteriores? ¿Se abrirá un esquema diferente? ¿O el Gobierno apostará por una baja permanente?

El sector agropecuario sabe que el verdadero desafío empieza ahí. Porque la competitividad de la Argentina no depende únicamente de las retenciones, sino de un entramado mucho más amplio: tipo de cambio, logística, acceso a mercados, políticas de innovación.

Entre la oportunidad y la desconfianza

La decisión del Gobierno busca enviar un mensaje de confianza al campo y al mercado financiero. Sin embargo, para miles de productores, lo que realmente pesa no es la foto del día, sino la película completa.

Detrás de cada campaña no hay solo números en una planilla: hay familias, pueblos, proveedores, trabajadores que sostienen la economía real. Y ellos saben que seis semanas de alivio difícilmente cambien la historia de fondo.

El anuncio de retenciones cero abre una oportunidad, pero también deja un interrogante mayor. El campo argentino necesita políticas que duren más que una coyuntura cambiaria. Porque la siembra, como la confianza, solo florece en tierras fértiles de previsibilidad.

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