Neuquén:Por la crisis, 20 chacareros tiran la toalla cada año
No pueden cubrir los costos de la fruta y venden a desarrolladores.
Autor: Adriano Calalesina: Fuente diario La Mañana Neuquén
Neuquén.- Los hijos y nietos de los antiguos productores de la zona están, de a poco, abandonado las chacras. Cada año, unas 20 familias dejan de producir peras y manzanas y cierran las persianas de las fincas para entregárselas directo al mercado inmobiliario. PUBLICIDAD
Las causas son diversas, pero cada año más acentuadas: el avance urbano sobre el paño productivo, motivado por el boom de Vaca Muerta, pero sobre todo la falta de apoyo para afrontar los costos de producción, que no se cubren con la venta de la fruta, por parte de los chacareros independientes a los grandes galpones de empaque.
La situación se conoció por el reclamo de José Carlos Asaad, vicepresidente de Productores Agremiados de Centenario y Vista Alegre (PACVA), una entidad que nuclea a unos 103 chacareros. El productor escribió una carta en Facebook que poco a poco se empezó a viralizar y llegó a las más altas esferas del gobierno neuquino. En ella dio a conocer los lamentos del sector y pidió la intervención urgente del Estado en el mercado. ¿Cuál es la idea? Que el gobierno neuquino compre lotes de peras y manzanas para proveer a escuelas y hospitales como parte de un proyecto de alimentación saludable. Ya sucedió con una iniciativa piloto en algunos establecimientos.
“No damos más en serio, los galpones en los mejores casos te pagan a cuatro o doce meses la venta de fruta y con la inflación que hay, no se pueden recuperar los costos”, dijo el productor a LM Neuquén.
Asaad tiene 42 años y es hijo y nieto de productores. Tiene una chacra de 12 hectáreas en Vista Alegre Norte y es parte del recambio generacional en el sector, pero en plena crisis económica.
El chacarero solicitó la intervención urgente del gobierno provincial para evitar que cada año dejen la actividad agrícola unos 20 chacareros de la zona, de acuerdo con los datos de PACVA y del Registro Nacional Sanitario de Productores Agroalimentarios (Renspa).
No dan las cuentas
Asaad deslizó que las cuentas para los pequeños productores ya no cierran, por el incremento de los insumos en dólares y el precio de mercado de la fruta. Sostuvo que el productor tiene que invertir 9 pesos por kilo de fruta y la vende a 5 pesos en el mejor de los casos. Además, indicó que en los supermercados la manzana cuesta al menos 40 pesos, por lo que la cadena de valor, del productor a la góndola, tiene una diferencia de más del 700 por ciento.
Otro factor que desalienta la producción es la progresiva venta de chacras para urbanizar. Si bien el fenómeno comenzó en 1990 con la explosión inmobiliaria, se empezó a acentuar con un proyecto para pasar a trama urbana a unas 800 hectáreas en 2012, en el ex gobierno municipal de Javier Bertoldi. Allí hubo un consenso para evitar los loteos al azar y en forma ilegal, pero la nueva ordenanza permitió que se lotearan la mayoría de las chacras a la vera de la Ruta 7, desde el ex peaje hasta la calle 7.
“Hoy sabemos que siguen presionando con más proyectos inmobiliarios en el Concejo Deliberante para ampliar esa traza. Así vamos a desaparecer”, dijo Asaad, quien fue crítico con la urbanización.
Sostuvo que desde PACVA pretenden que el gobierno neuquino declare “área protegida para producir” al sector rural de Centenario y Vista Alegre para evitar el avance de los barrios en chacras.
Desde la Cámara de Productores de Centenario piden al Estado neuquino que intervenga y compre manzanas para hospitales y escuelas.
“El último productor de fruta orgánica de Nueva España, que era Somaddossi y desapareció, tuvo que vender lamentablemente”, se lamentó el joven productor.
Otro problema que señaló es que cada vez que se aprueban nuevos loteos en zonas donde había chacras, se clausuran algunos tramos del sistema de canales de riego, que se hicieron durante décadas después de la obra del dique Ballester, a principios del siglo XX.
En algunos casos, como ya ha señalado el Consorcio de Riego y Drenaje, los mismos desarrolladores clausuran los canales internos y el agua de riego no puede llegar a algunas chacras en producción.
Lo que sucede en Centenario y Vista Alegre no escapa a la realidad del Alto Valle con el sacrificio de hectáreas rurales para hacer viviendas. Sólo quedan los productores “con espalda” que tienen toda la cadena económica, desde chacras, galpones y frigoríficos.
“El sistema productivo va a aguantar hasta que los galpones ya no nos compren más por el tema de la calidad. Ahí se termina la producción porque ya no nos necesitan”, concluyó Asaad.
163 productores independientes quedan en la región.
Según los datos de PACVA, es en Centenario, Vista Alegre y San Patricio del Chañar, donde la fruta de pepita se sigue produciendo a pesar de las dificultades que hay cada temporada.