Neuquén: Firmarán convenio por las huertas terapéuticas de la cárcel de Senillosa
Se busca generar opciones productivas agroalimentarias para la población carcelaria del Complejo Penitenciario Federal V de Senillosa. No obstante, las tareas comenzaron hace unos ocho meses dentro de ese predio.
El martes 16 se firmará un convenio para generar opciones productivas agroalimentarias en la población carcelaria. La iniciativa convocará a la provincia, a través del ministerio de Producción e Industria y mediante su Programa de Desarrollo Agroalimentario (Proda), y el Ente de Cooperación Técnica y Financiera del Servicio Penitenciario Federal (Encope).
El objetivo es formalizar la implementación de un plan productivo -que ya está en marcha en el Complejo Penitenciario Federal V de Senillosa- denominado Huertas Terapéuticas en Contextos de Privación de la Libertad.
Hasta el momento hay más de 100 bancales productivos que trabajan los internos/huerteros, se instalaron tres invernaderos plantineros, un deshidratador solar, y se capacitó al personal penitenciario para que multipliquen los conocimientos y técnicas entre los internos designados para trabajar la tierra.
Dicha unidad carcelaria fue incluida en los planes de cultivo de stevia y de zapallos, ejes estratégicos de la agricultura urbana del Proda, y en la reciente temporada de primavera-verano se logró cosechar grandes cantidades de hortalizas frescas.
Además se articula junto con el personal de la cocina de la institución, transformando los residuos orgánicos en materia compostada para nutrir el suelo productivo.
Tal como lo establece el convenio a firmar, se trata de una actividad productiva co-prestada por el Proda y el Encope. Permitirá a los internos perfeccionar los hábitos laborales de un oficio y obtener productos agroalimentarios para autoconsumo y otros destinos, entre ellos para las familias de los reclusos cuando fuera posible, la provisión de alimentos frescos para el comedor institucional, para organizaciones sociales o incluso ferias o sistemas de economía social que el Proda implementa regularmente.
Se proyecta el desarrollo de diferentes líneas de producción en forma gradual, teniendo en cuenta la alta potencialidad que en esta materia posee el Complejo Penitenciario Federal V: superficies productivas a desarrollar, población carcelaria posible de ser afectada, residuos orgánicos continuos para generar suelo cultivable y condiciones mínimas productivas.
A tal efecto se espera consolidar tres huertas protegidas terapéuticas dentro la cárcel, continuar con el compostaje a gran escala para el aprovechamiento de los residuos orgánicos de la cocina, sumar más bancales productivos y realizar un ciclo continuo de capacitaciones técnicas, e implementar la producción sostenida de hortalizas, plantines hortícolas, florales, ornamentales y de aromáticas.
La huerta, como espacio de trabajo, y en general las tareas culturales ligadas a la producción hortícola, demandan regularidad, constancia y dedicación en relación con las labores cotidianas. De esta manera, cada parcela productiva, aún de pequeñas superficies cultivables, representa una exigencia diaria para el interno/huertero, que implica ocupación constante y un uso productivo del tiempo.
De este modo, los huerteros que hayan demostrado una buena predisposición y actitud hacia el trabajo sumarán la experiencia necesaria para avanzar en otras modalidades productivas.
Desde el programa Proda se evalúa positivamente poder reconvertir predios improductivos en unidades de producción de alimentos frescos y sanos, y que las personas privadas de su libertad puedan revincularse socialmente a través de la agricultura urbana y el desarrollo agroalimentario local.