Hoy termina la misión de ganaderos y profesionales rionegrinos por Nueva Zelanda y Australia
Hoy miércoles termina la gira que ganaderos bovinos y profesionales realizan por Nueva Zelanda y Australia, la misión continúa recorriendo establecimientos en los que observan los métodos de producción y comercialización utilizados en ambos países.
El uso de tecnología y comercialización con agregado de valor son los aspectos relevantes de la producción en los países visitados.
La misión de productores es financiada por el Gobierno Provincial, a través de créditos del Programa Ganadero Bovino del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca.
Entre los datos relevantes recabados se encuentra la información sobre el consumo de carne per cápita en Australia. En ese país se consume anualmente 100 kilos de carne por habitante. De ese total, sólo el 35% es vacuna y el 10 ovina. Ambos productos se encuentran por debajo del pollo y la carne de cerdo. Es decir que actualmente el 75% de producción de carne vacuna se exporta.
En este escenario la comercialización apunta a la terneza como característica comercial intrínseca, agregado valor mediante un envasado al vacío con cortes estirados.
Estas son las primeras conclusiones que se deprenden de los informes enviados por el secretario de Ganadería, Tabaré Bassi.
Entre otros lugares, la comitiva visitó el establecimiento Chesney Pastoral, en Orange, Australia cuya particularidad es contar con pasturas de hasta 80 años de antigüedad gracias a la fertilización, rotación y adecuado manejo de la sobrecarga.
También se recorrió un campo de la misma zona con 1.500 hectáreas, con pastizal natural y 900 ovejas criadas con destino a la producción de carne.
Ambos establecimientos forman parte de un grupo de unas 130 granjas, diseminadas en seis estados que, mediante el pago de un abono de 500 dólares al año, obtienen un servicio estadístico que procesa la información que se genera en cada establecimiento.
También, se conoció una cabaña dedicada a producir la raza Murray Grey. Esta raza es carnicera, dócil, resistente al stress hídrico y, con gran plasticidad para engordar. Esta especie funciona perfectamente en la zona que cuenta con hasta 200 milímetros de lluvia, registro similar a los campos patagónicos.
Durante su recorrido la misión también visitó un antiguo galpón de esquila por el que pasaron hasta 100.000 lanares en cada temporada, considerado hoy patrimonio nacional.
La utilización de tecnología es una característica distintiva de la producción de carne australiana. Un ejemplo es el establecimiento dedicado a la raza Blue-E, que trabaja priorizando la conversión de alimento en carne.
Para ello miden alimentación al segundo mediante un chip colocado en el animal. Las mediciones se hacen con comederos para diez animales con lectores. Toda esa información se vuelca en una base de datos que permitió establecer una tasa de 3.9 kilos de alimentos por cada kilo que gana el animal. La empresa que recopila la información también hace comparaciones mundiales en la materia.
Por otra parte, los integrantes de la misión también tuvieron la posibilidad de conversar con Martín Suárez, veterinario especialista en mejoramiento genético de Orange, quien les confirmó que la principal raza en Australia sigue siendo la Angus.
El profesional comentó además que los precios casi se han duplicado para la hacienda en pie en los últimos años y que se exportan los cortes de mayor calidad.
En Nueva Zelanda, en el distrito de Mackenzie, en una zona llamada Burkes Pass, se recorrieron campos con precipitaciones del orden de los 300 milímetros y un paisaje muy similar a los patagónicos con veranos secos e inviernos fríos, por lo que es necesaria la previsión de forraje.
En estas condiciones igualmente se producen unos 1.500 bovinos de raza Hereford, 14.000 ovinos y 100.000 ciervos.
Actualmente, este establecimiento alcanzó la meta del 95% de pariciones siendo muy estrictos al destinar los vientres vacíos a faena. En lo que respecta a la ganadería ovina tienen 14.000 cabezas principalmente de raza Merino orientados a la lana. Tienen una producción de cinco kilos por animal, un rendimiento al peine del 67% y una figura de 17 a 19 micrones. Actualmente venden la lana a unos 12 dólares neozelandeses (7 dólares estadounidenses).
En cuanto a los ciervos, se cuentan con 100.000 animales en producción para carne. Los mismos ocupan el 15% de las 22.000 hectáreas y representan el 50% de los ingresos del establecimiento. Los machos son faenados entre los 12 y los 15 meses y, la carne destinada a Alemania y los cueros a Dinamarca.
En este campo se observó el desarrollo de las áreas bajo riego. Cuentan con el riego de 400 hectáreas por manto y la planificación para convertir las restantes en presurizadas. Actualmente el Gobierno de Nueva Zelanda exige mejorar el uso del agua por eso de las 1.000 hectáreas bajo riego, unas 600 se riegan con pívot con perforación a 70 metros. La inversión en este temática es de unos 5.000 dólares por hectárea. El repago de la misma es rápido, se estima que se alcanza en tres años.
Se debe destacar que en esta zona se desarrollan pasturas. Además de las tradicionales, se hace remolacha forrajera y nabo. Pero el agua es utilizada principalmente para generar forrajes destinado a la ganadería, y no es destinada a horticultura.