Fiestas, discursos y viñedos que desaparecen: La Vendimia argentina entre luces y sombras

La Fiesta Nacional de la Vendimia 2025 en Mendoza dejó un sabor agridulce. Entre aplausos y brindis con agua en el tradicional Desayuno de la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR), se habló de “competitividad” y “productividad”, pero se esquivaron las urgencias del sector. Ni una palabra sobre el atraso cambiario, la crisis de precios o la alarmante desaparición de viñedos.

Viñas que desaparecen, discursos que ignoran

Los números son crudos: en 2024 se registró la baja de 1.251 viñedos en el país, lo que equivale a una pérdida de 7.346 hectáreas . Solo Mendoza, cuna de la vitivinicultura argentina, perdió 535 viñedos y 3.957 hectáreas . Pero, en el desayuno de la COVIAR, esa realidad pasó desapercibida. La industria está en jaque: el mercado interno se debilita, las exportaciones caen y las bodegas, con sobrestock de vino, anuncian que no podrán pagar mucho más que el año anterior. Un cóctel peligroso que puede terminar en pérdidas catastróficas para los productores.

Regina y la Vendimia patagónica: una fiesta con otro aroma

A 887 kilometros de Mendoza, Villa Regina , en Río Negro, celebra la 45ª Fiesta Provincial de la Vendimia con concursos, recorridos por bodegas y premios de hasta $2.000.000 . A diferencia del evento mendocino, esta fiesta se centra en la producción local, una vitivinicultura más joven pero con identidad propia. En los últimos años, la región del Alto Valle ha diversificado su oferta, apostando a vinos de calidad, pero también enfrenta desafíos: altos costos de producción, una logística compleja y un acceso limitado a mercados internacionales.

El evento, aunque bien intencionado, se convirtió más en una vidriera para el turismo que en un espacio real de discusión sobre el presente y futuro del sector. ¿De qué sirve una vendimia sin una estrategia clara para sostener a los productores? Se habla de calidad, de diferenciación, de vinos de alto valor agregado, pero en los viñedos de la región muchos apenas logran sostenerse.

Te traemos una solución

La distancia entre las fiestas y la realidad del sector es preocupante. Mientras las luces de los escenarios iluminan la Vendimia, en los campos productores muchos ven apagarse sus esperanzas. Se habla de futuro, pero sin respuestas concretas a los problemas de fondo. Urge una política que sostenga a la vitivinicultura argentina con herramientas reales: financiamiento, acceso a mercados y un tipo de cambio que no ahogue a los pequeños productores.

Porque una vendimia sin viñedos no es vendimia. Y un brindis vacío, no es más que un eco sin futuro.