Crisis en la fruticultura de Río Negro: costos elevados, impuestos y una incertidumbre que preocupa al sector. Entrevista al secretario de Fruticultura Facundo Fernandez. audio.

La fruticultura en Río Negro atraviesa una de las crisis más graves de su historia. Así lo definió el secretario de Fruticultura de la provincia, Facundo Fernández,en diálogo con este medio, al describir un escenario alarmante, con costos desbordados, una presión impositiva asfixiante y una competencia internacional que deja en desventaja a los productores locales.

“Es una situación alarmantemente compleja. En mis años de experiencia en la fruticultura, nunca vi una crisis como esta, en la que confluyen tantos factores negativos al mismo tiempo”, expresó el funcionario. Su testimonio refleja la desesperación de un sector que lucha por mantenerse a flote en un contexto económico que no da tregua.

Una estructura de costos que asfixia

Uno de los principales problemas es el elevado costo de producción. Según el secretario, la carga impositiva ,los salarios en el sector frutícola alcanza casi un 70%. A esto se suma que la mano de obra en la actividad es intensiva, con más del 50% de los costos anclados en esta variable. “No entiendo cómo podemos seguir respirando con semejante presión económica”, afirmó.

El impacto de la inflación y la devaluación del peso también juega en contra. Aunque la estabilidad cambiaria puede ser una buena noticia para ciertos sectores, en este caso no es suficiente. “Si el tipo de cambio se mantiene estable, lo cual festejamos, no podemos seguir con el mismo nivel impositivo. No hay forma de producir con estos costos”, remarcó.

Competencia desigual en los mercados internacionales

La fruticultura rionegrina no solo enfrenta problemas internos, sino que además compite en desventaja con otros países productores. Un dato contundente lo deja en evidencia: mientras que en Argentina el salario promedio en la actividad ronda los 1.400 dólares, en Chile apenas llega a los 500. Esta diferencia se traduce en una fruta más cara para la exportación, lo que dificulta la competitividad en los mercados globales.

Además, los costos de almacenamiento se han disparado, con aumentos de hasta el 500% en la energía, lo que hace inviable guardar la fruta para regular la oferta. “Es insostenible. Terminamos con un sobrestock de consumo porque no podemos darnos el lujo de almacenar”, explicó el secretario.

Gestiones y falta de respuestas

Desde la Secretaría de Fruticultura aseguran que vienen trabajando intensamente para encontrar soluciones. La primera reunión con el Gobierno Nacional se llevó a cabo el 3 de enero, donde se presentó un pedido de capital de trabajo y una propuesta de reducción impositiva. También se realizaron gestiones en conjunto con la Federación de Productores y la Cámara Argentina de Fruticultores Integrados (CAFI).

El pedido concreto es una acción inmediata que alivie la carga impositiva y brinde financiamiento para sostener la actividad. “Entendemos que hoy somos caros produciendo, pero el Gobierno Nacional tiene en sus manos la posibilidad de reducir impuestos y hacer más liviana la producción”, subrayó el funcionario.

Sin embargo, hasta el momento, las respuestas no han llegado. Mientras tanto, la fruticultura rionegrina sigue en una situación crítica, con productores que ven cada vez más difícil sostener sus explotaciones.

El sector espera medidas urgentes, porque, de seguir así, el futuro de la fruticultura en la provincia podría verse gravemente comprometido.

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