Ciencia en la banquina: el INTA resiste en la Ruta 22 ante el avance del ajuste.

Audio: Jorge Muñiz, dirigente de Apinta
Frente a la sede del INTA en Guerrico, trabajadores realizaron una volanteada para visibilizar el riesgo de desmantelamiento del organismo. La medida responde al decreto presidencial que concentra el poder en la cúpula del instituto y pone en jaque su histórica estructura federal. Detrás de la protesta, hay una trama más profunda: la amenaza al conocimiento público, al arraigo productivo y a los vínculos que sostienen al campo argentino.
Por Redacción.
Los autos pasan, tocan bocina, algunos bajan la ventanilla. Del otro lado, una técnica del INTA extiende un volante con firmeza. A su lado, colegas, compañeros y trabajadores de ATE, reparten papeles y miradas de preocupación. Estamos en el kilómetro 1190 de la Ruta Nacional 22, frente a la sede del INTA Guerrico, epicentro de una protesta tan silenciosa como urgente.
Este martes no hubo cortes ni caos. Hubo, en cambio, ciencia de pie, enfrentando el frío viento del Alto Valle con el mismo temple con el que cientos de técnicos recorren chacras, acompañan productores, impulsan semillas, sueñan un agro con valor agregado. Esta vez, no hablaron de innovación ni de ensayos de campo. Esta vez salieron a explicar que el INTA —ese organismo clave en el desarrollo agropecuario del país— está en riesgo real de desguace.
La movilización se organizó en rechazo al decreto 426/2025, impulsado por el gobierno de Javier Milei. La norma concentra el poder institucional en la presidencia del INTA, elimina los consejos regionales y abre la puerta a una reestructuración profunda que podría derivar en cierres de centros e institutos. Desde la Asociación del Personal del INTA (Apinta), advierten que no se trata de una simple reorganización, sino de una amputación que puede dejar sin sustento a miles de productores y sin rumbo a una de las políticas públicas más exitosas del país
“No es modernización, es desguace”, sintetiza una pancarta. Y detrás de esas palabras hay trayectorias, historias y territorios. En Plottier, por ejemplo, 21 trabajadores del Instituto para la Agricultura Familiar podrían quedar en disponibilidad. Muchos de ellos acompañan desde hace años a productores del norte patagónico, fortaleciendo sistemas agrícolas que no entran en la lógica de escala del mercado, pero sí en la lógica del arraigo, la alimentación saludable y la soberanía territorial.
El ajuste no distingue trayectorias ni regiones. Afecta al norte y al sur, a ingenieros y administrativos, a quienes trabajan en laboratorios y a quienes pisan el barro. Lo que se pierde no es solo empleo: es inteligencia estratégica, es capital social, es experiencia acumulada. Y es, sobre todo, la posibilidad de un país que piense al campo no como un extracto de commodities, sino como una red viva de productores, técnicos e innovación soberana.
La jornada de volanteada fue impulsada por Apinta Río Negro,acompañada por el gremio ATE, y por trabajadores de Vialidad Nacional, pero la preocupación resuena en todo el ecosistema científico y productivo. El INTA, junto con el INTI y Vialidad Nacional, forma parte de los organismos que sufren recortes, paralización de programas y señales de recentralización autoritaria.
Los trabajadores no solo resisten: también proponen. Sostienen que hay caminos para hacer más eficiente la gestión sin demoler su arquitectura federal. Piden diálogo, participación y respeto. No niegan la necesidad de revisar estructuras, pero reclaman que no se lo haga a expensas del entramado humano y territorial que les dio sentido durante décadas.
A la vera de la ruta, el reclamo adquiere una imagen potente: la ciencia pública parada en la banquina, extendiendo un volante con dignidad, recordando que el futuro del agro argentino no se construye desde un Excel, sino desde el conocimiento situado, la escucha paciente y la articulación con los territorios.
Escuchá la entrevista completa a Jorge Muñiz, dirigente de Apinta, en todas nuestras plataformas de audio. Un testimonio clave para entender qué está pasando puertas adentro del INTA y por qué este conflicto nos interpela a todos.