Campo y Gobierno: un diálogo cara a cara en la antesala de la Rural 2025

A horas de la 137° Exposición Rural, el presidente Javier Milei se reunió con la Mesa de Enlace en Palermo. Escuchó los reclamos del sector agropecuario, elogió su competitividad, pero evitó dar definiciones concretas sobre las retenciones. Un gesto político en medio del malestar y las expectativas del interior productivo.

Por Redacción.

En una postal poco frecuente para la política argentina reciente, este martes por la mañana el presidente Javier Milei cruzó las puertas del predio ferial de Palermo para reunirse cara a cara con los máximos referentes del campo argentino. Fue a dos días del arranque de la 137° Exposición Rural, una cita emblemática para el sector, y en un contexto donde los reclamos por la falta de definiciones en materia impositiva —especialmente la eliminación de las retenciones— comienzan a tensar el vínculo entre el Gobierno y el agro.

El encuentro, que duró cerca de dos horas, se desarrolló a puertas cerradas en las instalaciones de la Sociedad Rural Argentina (SRA). Del lado oficial estuvieron el propio Milei, acompañado por su hermana Karina Milei, secretaria general de la Presidencia, y su equipo de comunicación. Del otro lado de la mesa, los presidentes de las cuatro entidades que integran la Comisión de Enlace de Entidades Agropecuarias: Nicolás Pino (SRA), Andrea Sarnari (Federación Agraria Argentina), Lucas Magnano (Coninagro) y Carlos Castagnani (Confederaciones Rurales Argentinas).

Según relataron los dirigentes agropecuarios al término del encuentro, el tono fue cordial y el clima distendido. “Fue un gesto más que importante del Gobierno hacia el sector”, valoró Nicolás Pino, quien señaló que Milei reiteró en varias oportunidades “el carácter competitivo y productivo del campo argentino”.

Pero más allá de los elogios, los productores esperaban señales. Y en lo concreto, no las hubo. En especial sobre un tema central: la presión impositiva y la continuidad de las retenciones. “Planteamos con claridad la necesidad de su eliminación definitiva”, aseguraron los referentes rurales, quienes también pusieron sobre la mesa otros asuntos estructurales: seguridad en las zonas rurales, infraestructura para conectar la producción con los mercados, desarrollo de las economías regionales, desburocratización de organismos públicos y el funcionamiento de la barrera sanitaria patagónica.

“Le dijimos al presidente que el campo está listo para poner en marcha el motor del desarrollo, pero necesitamos condiciones claras. No podemos seguir produciendo con esta carga fiscal”, resumió Castagnani al salir del predio.

Desde el oficialismo no hubo anuncios. Milei, fiel a su estilo, prefirió escuchar más que prometer. Habló de oportunidades globales, de las ventajas de la apertura comercial y de su visión de una Argentina inserta en el mundo gracias a su potencial exportador. En el campo, ese discurso es bien recibido, pero no alcanza. “Valoramos el encuentro, pero necesitamos medidas concretas”, deslizó una fuente del sector que participó de la reunión.

La jornada coincidió con la llegada del primer animal a la exposición, un símbolo que marca el inicio de una de las ferias agropecuarias más importantes de América Latina. El presidente tenía previsto recorrer los corrales y saludar a los trabajadores del campo, pero poco antes del mediodía se retiró sin visitar los animales.

Una foto política, muchas preguntas sin responder

En la antesala de la Exposición Rural, el gesto de Milei fue leído como un intento de acercamiento en un contexto donde las bases rurales comienzan a expresar su malestar. El campo, que acompañó mayoritariamente con su voto a La Libertad Avanza, observa con creciente inquietud que las promesas de alivio fiscal no se traducen en hechos.

La reunión dejó en evidencia esa tensión: un sector que quiere producir, exportar y generar empleo en el interior profundo, frente a un gobierno que comparte esa visión pero que aún no da respuestas sobre cómo ni cuándo. En esa intersección, se juega una parte clave del modelo económico que Milei impulsa.

Mientras tanto, las tranqueras siguen abiertas. Pero con la expectativa puesta en que esta vez, además de escuchar, lleguen las decisiones.

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