Asfixia productiva”: el sector frutícola del Alto Valle advierte sobre una crisis sin precedentes. audio

Sebastián Hernández, presidente de la Federación de Productores de Fruta de Río Negro y Neuquén, se reunió en Buenos Aires con el secretario de Agricultura ganadería y pesca de nación, Sergio Iraeta para exponer el estado crítico del sector. Presión fiscal, embargos, energía impagable y la falta de financiamiento encabezan una agenda que exige respuestas urgentes.

Por Redacción:

La imagen es nítida: chacras al borde del abandono, familias endeudadas, productores que ya no pueden podar sus frutales ni pagar el frío industrial que garantiza la calidad exportable de sus peras y manzanas. Lejos de los discursos de campaña, el Alto Valle atraviesa una de sus peores temporadas económicas y la fruticultura regional está en emergencia.

Con ese diagnóstico en mano y el respaldo de las bases productivas, Sebastián Hernández, presidente de la Federación de Productores de Fruta de Río Negro y Neuquén, llegó este lunes a la Ciudad de Buenos Aires para mantener un encuentro de alto nivel con Sergio Iraeta, secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación.

La reunión fue directa, tensa y necesaria. Allí, Hernández expuso la “asfixia impositiva” que sufre el sector: una presión fiscal que no cesa, el avance de ARCA (Agencia de Recaudación) con embargos y cierres de cuentas bancarias, y un régimen tributario “que castiga al que produce y no contempla las particularidades de las economías regionales”.

Una agenda que no puede esperar

El dirigente frutícola llevó a la mesa de Agricultura otros temas que generan profundo malestar:

El costo energético, que impacta directamente sobre el mantenimiento del frío industrial y el riego.

La falta de herramientas de financiamiento accesibles, clave en esta época del año para realizar tareas esenciales como la poda.

La necesidad de una reforma impositiva integral, que contemple el carácter estacional, perecedero y regional de la producción frutícola.

El límite de la paciencia

La Federación, que agrupa a productores de Río Negro y Neuquén, ha sostenido una postura de diálogo. Sin embargo, la falta de respuestas concretas ya enciende luces de alerta en todo el Valle. El hartazgo crece, y con él la posibilidad de que el conflicto escale.

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