Proda: amplían las huertas en la cárcel de Senillosa
Se proyecta la ampliación de la superficie productiva intramuros, con vistas a la nueva temporada productiva de primavera-verano. La superficie destinada a la producción agroalimentaria se triplicaría en los próximos meses.
A través del convenio firmado por el Programa de Desarrollo Agroalimentario (Proda) y el Ente de Cooperación Técnica y Financiera del Servicio Penitenciario Federal (Encope), se formalizó la implementación de un plan productivo en el Complejo Penitenciario Federal V de Senillosa.
Se trata de Huertas Terapéuticas en Contextos de Privación de la Libertad, que ampliarán la superficie productiva intramuros, con vistas a la nueva temporada productiva de primavera-verano.
Actualmente la cárcel posee tres huertas agroecológicas, que suman más de 100 bancales en producción. Las huertas están dotadas de riego por goteo, tres invernaderos, composteras y secadores solares. Allí se cultivan hortalizas y plantas aromáticas a través de la técnica de bancal profundo y se aprovechan los residuos orgánicos compostados del comedor institucional para nutrir el suelo. El complejo penitenciario cuenta con alrededor de 500 internos en condiciones de trabajar la tierra y sumarse a esta iniciativa productiva.
Las tareas de huerta permiten a los internos incorporar hábitos laborales y obtener alimentos para autoconsumo y otros destinos, entre ellos para las familias de los reclusos, pero además, la provisión de alimentos frescos para el comedor institucional, para organizaciones sociales o incluso para ferias o sistemas de economía social que el Proda implementa regularmente.
Según estimaciones técnicas, la superficie destinada a la producción agroalimentaria se triplicaría en los próximos meses, incorporando sectores actualmente improductivos, generando gradualmente suelo apto para el cultivo y sumando más gente a la actividad con el beneficio terapéutico de trabajar la tierra y afianzar una expectativa de reinserción social.
Capacitaciones
Por otra parte, acompañando el crecimiento de las áreas de huerta, se contempla además brindar capacitaciones técnicas a los maestros talleristas, que son los encargados de transferir luego el conocimiento a los internos alojados en la unidad carcelaria.
A tal efecto se realizó el pasado miércoles 17 la primera de estas capacitaciones, que tuvo como objetivo brindar técnicas de multiplicación de plantas aromáticas a través de métodos agámicos, como reproducción a partir de esquejes, estacas, por acodos, injertos y división de matas.
La reproducción de plantas aromáticas es clave en el desarrollo de las huertas, no sólo agrega biodiversidad y protección a los cultivos, sino que representan una posibilidad comercial muy valorada por sectores que prefieren consumir productos saludables.
De este modo las huertas aumentarán sus emplazamientos aromáticos con especies como romero, cedrón, orégano, salvia, lavanda, entre otras, que además de ser comestibles son utilizadas en la elaboración de fitocosméticos.
Opciones productivas agroalimentarias
Generar opciones productivas agroalimentarias es uno de los objetivos fundamentales del convenio con la cárcel de Senillosa, pero también dentro de los propósitos principales cabe destacar la pretensión de que en un futuro inmediato los internos que se encuentran en situación de pre-egreso, puedan participar de diferentes espacios de comercialización basados en criterios de economía social.
En la temporada pasada, gran parte de la producción obtenida en la cárcel fue destinada a la venta en las ferias organizadas por Proda. Los guardiacárceles a cargo de las experiencias productivas dentro del complejo penitenciario, fueron los encargados de comercializar el excedente que las huertas produjeron. Para la próxima cosecha se espera que sean los internos a punto de ser liberados, quienes sostengan estas experiencias económicas.
La huerta, como espacio de trabajo, demanda regularidad, constancia y dedicación en relación con las labores cotidianas. De esta manera, cada parcela productiva, aún de pequeñas dimensiones, representa una exigencia diaria para el interno/huertero, que implica ocupación constante y un uso productivo del tiempo. Desde el programa Proda, y también desde la jefatura del Complejo V de Senillosa, se evalúa positivamente que sectores improductivos puedan reconvertirse en unidades de producción de alimentos frescos y sanos, y que las personas privadas de su libertad, puedan adoptar en sus rutinas diarias prácticas productivas y comenzar a revincularse socialmente a través de la agricultura urbana y el desarrollo agroalimentario local.