Río Negro celebra el Pinot Noir: un varietal que impulsa identidad y desarrollo económico
Cada 18 de agosto, el mundo brinda por el Pinot Noir, una de las uvas más elegantes del planeta. En el Alto Valle rionegrino, esta fecha refleja también el potencial productivo y turístico que genera la vitivinicultura, consolidando a la provincia como un destino de excelencia enológico.
El Alto Valle de Río Negro se destaca por condiciones únicas que permiten la producción de un Pinot Noir de características singulares. La combinación de días cálidos y noches frescas favorece un equilibrio natural entre aromas, acidez y estructura, mientras que la calidad de los suelos y la gestión del riego contribuyen a un producto de alta gama, con frecuencia de carácter orgánico.
La directora de Vitivinicultura de la provincia, Mariana Cerutti, subraya que “nuestro clima y suelo nos permiten obtener un Pinot Noir único, con proyección internacional y enorme potencial productivo”, destacando el valor diferencial de la región frente a otras zonas productoras del mundo.
En Mainqué, considerado el epicentro del Pinot Noir rionegrino, varias bodegas marcan la pauta en calidad y sostenibilidad. La bodega de Marcelo Miras combina viñedo, producción y experiencia familiar, mientras que Finca Aniello apuesta al enoturismo mediante la recuperación de la histórica bodega Potlech y su infraestructura de alojamiento.
Por su parte, Bodega Chacra fue reconocida recientemente con el premio al mejor Pinot Noir del mundo, reflejando la apuesta por la producción orgánica y biodinámica que genera empleo local y valor agregado a la marca Patagonia. De manera complementaria, Bodega Noemía mantiene viñedos centenarios con rendimientos bajos pero de altísima calidad, apreciados en mercados internacionales. Nuevos proyectos, como Bonomi y Bernal, apuntan a consolidar la producción de Pinot Noir con un enfoque integral que combina excelencia enológica y turismo.
El impacto del varietal trasciende la vid: aumenta la demanda de productos locales, crea empleo, fortalece el desarrollo turístico y visibiliza a Río Negro como referente global en vitivinicultura. Celebrar el Día del Pinot Noir significa reconocer el cuidado y la dedicación de productores y enólogos, así como reafirmar la proyección de un sector que une tradición, innovación y crecimiento económico en toda la región.