De la chacra a la obra: lanzan una placa de cáñamo para construcción, hecha en Patagonia
Una alianza entre Fundación GEN, la empresa Modo Domo y el INTI dio como resultado un producto ecológico e innovador que abre oportunidades para la agroindustria y la construcción regional
Autora: Julieta Cali.
En el Alto Valle de Río Negro y Neuquén, un grupo de jóvenes emprendedores avanza en forma decisiva hacia un modelo de agroindustria sostenible con identidad patagónica. Se trata de los integrantes de la ONG Fundación GEN y la empresa Modo Domo, de General Roca, quienes desarrollaron una placa de construcción de fibra de cáñamo, con el acompañamiento técnico del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI).
Fabricado con materia prima local, el producto reúne los requisitos de aislación térmica, resistencia mecánica y durabilidad, y ya está listo para su fase de escalado. Una de sus grandes ventajas es su origen vegetal renovable, a partir de cultivos anuales de cáñamo industrial, cuya biomasa útil se obtiene en solo 4 a 5 meses desde la siembra, a diferencia de los paneles derivados de madera, que dependen de ciclos forestales de 15 a 20 años. El material ofrece propiedades termoacústicas, resistencia, ligereza y biodegradabilidad.
“Para nosotros, esta placa representa un antes y un después. Es ecológica, de bajo impacto ambiental, está hecha 100% en la Argentina y su potencial es enorme, en especial para zonas con desafíos climáticos como la Patagonia”, afirma Martín Ancaten Ureta, referente de Fundación GEN y socio de Modo Domo.
Por su parte, el arquitecto Leandro Suárez, también socio de esa empresa, agrega que “trabajar con fibras de cáñamo es un desafío apasionante que nos conecta con las raíces de la construcción sustentable y la economía circular”.
Desde el equipo destacan que esta alternativa no solo permitiría sustituir importaciones de materiales de construcción y reducir la huella de carbono que genera su transporte, sino también crear empleo, valor agregado en origen y circuitos económicos regionales.
Aunque no es un desarrollo inédito (en los años 60, en pleno auge de la industria cañamera ya se fabricaban tableros de esa fibra en la localidad bonaerense de Jáuregui), la iniciativa patagónica rescata y actualiza esa experiencia con recursos locales y una mirada de triple impacto.
Ya desde el momento cero, la idea-proyecto recibió numerosas distinciones, debido a su potencial ambiental, social y tecnológico. Fue ganadora del Certamen “Emprendedores de Río Negro”, seleccionada como representante provincial en el Premio Nacional al Emprendimiento Joven Argentino y distinguida en el Certamen nacional Nobleza Obliga 2023.
Sembrando casas
La versatilidad del cáñamo permite pensar en múltiples posibilidades para la industria. A partir de su fibra se pueden fabricar placas, ladrillos ecológicos, revestimientos interiores y exteriores, aislantes térmicos y acústicos, entre otros.
“Por eso a nosotros nos gusta decir que ‘sembrar cáñamo es sembrar casas’”, manifiestan estos jóvenes, quienes siguen trabajando para ampliar su gama de innovaciones sustentables. “La placa es mucho más que un producto: es una propuesta concreta para construir de otro modo, con raíces locales y visión de futuro”, puntualizan.
El logro se concreta en un contexto de creciente interés por parte de productores, empresas y gobiernos del Alto Valle y otras zonas de Río Negro y Neuquén, de diversificar la matriz productiva con cultivos de alto valor agregado, así como remediar y regenerar suelos (otra de las bondades del cáñamo), incluyendo áreas afectadas por la explotación hidrocarburífera.
“Estamos convencidos de que el cultivo de cáñamo con fines industriales es clave para el desarrollo sostenible, y un gran aliado para apuntar al equilibrio productivo y ambiental que estamos necesitando. Además, el hecho de que ya contemos con manufacturas tangibles con demanda en el mercado es un paso ganado para quienes estén en la búsqueda de alternativas”, resalta Luciano Rivera, presidente de Fundación GEN.
Investigación, territorio y articulación pública
La innovación detrás de este desarrollo es el resultado de más de dos años de trabajo conjunto. “La idea inicial surgió en el verano de 2023 y fue tomando forma con el acompañamiento técnico de un equipo interdisciplinario del Departamento de Materiales Compuestos del INTI, que hizo los ensayos para validar la placa como producto de construcción”, cuentan los socios de Modo Domo.
Desde el INTI, el doctor Alejandro Bacigalupe, jefe del Departamento mencionado subraya el aporte estratégico de ese organismo en la transformación de una idea con impacto territorial en un producto concreto de la industria nacional. “Apostar por proyectos así es una necesidad para diversificar economías regionales, generar empleo calificado y construir soberanía tecnológica”, enfatiza.
Por su parte, los integrantes de Fundación GEN vienen realizando ensayos agronómicos con cáñamo industrial en Neuquén y Río Negro, para evaluar el comportamiento del cultivo en la región, con apoyo de gobiernos, universidades y productores locales. Actualmente trabajan en la adaptación de genéticas y la multiplicación de semillas, paso clave para garantizar la escala productiva en el futuro. También desarrollan productos para la industria medicinal y cosmética, y en 2024 llevaron a cabo la primera extracción de aceite y harina comestibles de cáñamo, en fase de análisis para su aprobación comercial.
¿Cuánto falta para que la placa llegue al mercado?
“La producción a escala comercial podría comenzar en dos o tres temporadas agrícolas, una vez que se consolide el abastecimiento de materia prima”, afirman desde el equipo. El primer paso, actualmente en marcha, es la multiplicación local de semillas por parte de Fundación GEN. “Con volúmenes significativos disponibles, en el lapso indicado sería viable la fabricación continua de placas y derivados, desde la Patagonia para la Patagonia”, aseguran.
Aunque todavía no es posible establecer un valor comercial final de la placa, se cuenta con algunos datos de interés para el sector:
• Por cada hectárea sembrada es posible obtener entre 3 y 10 toneladas de “hurds”, la parte leñosa del tallo de cáñamo (materia prima para realizar el producto).
• Para fabricar una placa de 1,20 x 2,40 metros se requieren aproximadamente 30 kilos de fibra procesada.
• El procesamiento del material se realiza con maquinaria convencional empleada en la industria de tableros de madera, lo que evita la necesidad de incorporar tecnología especializada.
Los impulsores de esta iniciativa invitan a productores, gobiernos locales, universidades y empresas del sector de la construcción a sumarse a este y otros desarrollos vinculados al cáñamo industrial. Además, quienes deseen conocer los prototipos de placas, paneles y otros subproductos ya elaborados pueden comunicarse con Fundación Gen o Modo Domo a través de sus redes sociales (@fundaciongen y @_mododomo), donde también comparten avances del proyecto y contenidos relacionados.