El precio del centralismo: una decisión del SENASA paraliza exportaciones ganaderas del sur argentino. (Entrevista)

La suspensión del ingreso de carne con hueso y reproductores desde la Patagonia a Chile sacude a miles de productores que sostuvieron durante décadas un estatus sanitario de excelencia. El malestar crece en el sur y vuelve a poner en debate el rol del federalismo sanitario.

Por Redacción.

Lo que durante años fue un modelo de sanidad animal admirado y defendido con firmeza por la ganadería patagónica, hoy enfrenta su momento más crítico. Chile, uno de los principales destinos de la carne del sur argentino, suspendió el ingreso de cortes con hueso y reproductores bovinos, tras un cambio normativo impulsado desde Nación que, según el sector, vulnera el equilibrio sanitario y comercial alcanzado por la región.

La medida, tomada por el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) chileno, es una respuesta directa a la resolución 460/2025 del SENASA, que permite el ingreso de carne con hueso desde zonas argentinas donde se vacuna contra la fiebre aftosa. Para los técnicos y dirigentes patagónicos, esta flexibilización elimina la línea histórica que dividía al país en dos zonas sanitarias y pone en riesgo el estatus de “libre sin vacunación” que había sido una carta de presentación ante mercados exigentes.

El impacto no es teórico ni lejano. Lo sienten en las tranqueras los productores de Río Negro, Neuquén, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego, donde la ganadería extensiva, la trazabilidad y la sanidad han sido pilares de una estrategia orientada a la calidad y no al volumen. La suspensión de exportaciones, además, coincide con un contexto económico interno complejo, en el que cada canal comercial cuenta.

En diálogo con este medio, Daniel Lavayén, referente de Confederaciones Rurales Argentinas y dirigente de la Federación de Sociedades Rurales, compartió el malestar que se vive en el sector: no sólo por las consecuencias comerciales de la decisión chilena, sino también por lo que implica en términos de autonomía productiva. La Patagonia, que construyó durante décadas una identidad sanitaria diferencial, se siente hoy rehén de una medida tomada a más de mil kilómetros de distancia, sin consulta ni participación de las provincias afectadas.

La situación en Tierra del Fuego es especialmente delicada: al estar geográficamente aislada, su producción debe atravesar territorio chileno para llegar al continente. Cualquier objeción sanitaria de ese país puede interrumpir no sólo las exportaciones, sino también el traslado interno de hacienda y productos cárnicos, con un efecto directo sobre la sostenibilidad de su sistema productivo.

El sector ganadero patagónico no reclama privilegios, sino el respeto por un modelo que funcionó, que se sostuvo con esfuerzo propio y que hoy corre el riesgo de ser desdibujado. La respuesta, aseguran, no puede ser unitaria ni improvisada: se necesita una estrategia nacional con mirada federal, diálogo técnico y responsabilidad institucional.

Mientras tanto, el campo del sur observa con inquietud. El cierre de fronteras por parte de Chile no es sólo un gesto sanitario: es también un llamado de atención sobre cómo las decisiones centrales, si no consideran las realidades territoriales, pueden causar daños profundos y difíciles de revertir.

Escuchá la entrevista completa con Daniel Lavayén, donde analiza en profundidad el alcance de la medida, las consecuencias para la Patagonia y las propuestas del sector. Disponible en todas nuestras plataformas de audio.

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