Golpe a la carne patagónica: Chile suspende las importaciones desde Argentina y crece la tensión comercial

Por Redacción 7 de Agosto 2025
Una resolución administrativa del gobierno argentino provocó un efecto dominó inesperado en la región. Chile, uno de los principales destinos de la carne producida en el sur del país, decidió suspender las importaciones de productos cárnicos provenientes de la Patagonia. La decisión tomó por sorpresa a muchos, pero para otros era una bomba de tiempo que finalmente estalló.
La medida se desencadenó luego de que el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) autorizara, mediante la Resolución 460/2025, el ingreso de carne con hueso desde zonas del país donde se vacuna contra la fiebre aftosa hacia la región patagónica, considerada históricamente libre de la enfermedad sin vacunación. En otras palabras, una barrera sanitaria que protegía a la Patagonia desde hace más de dos décadas fue desactivada.
Para el organismo sanitario chileno (SAG), esta modificación alteró de forma sustancial el estatus sanitario de la región, motivo por el cual, el pasado 30 de julio, resolvió revocar el reconocimiento otorgado en 2008 a la Patagonia argentina como libre de fiebre aftosa sin vacunación. La consecuencia fue inmediata: se cerraron las puertas a la carne argentina en el mercado chileno.
¿Qué implica esta suspensión?
La resolución chilena no sólo afecta a la carne vacuna, sino también a una amplia gama de productos de origen animal: ovinos, caprinos, porcinos, aves, leche, grasa, cuero y subproductos. La suspensión se aplica especialmente a los productos certificados bajo el anterior estatus sanitario patagónico, que había permitido el desarrollo de nichos de exportación de alta calidad y con valor agregado.
La voz del productor: entre la bronca y la preocupación
“Esto es un retroceso”, expresó un productor del Alto Valle que exportaba carne ovina a Chile desde hace más de una década. “Nos quitaron una herramienta que costó años de trabajo sanitario, inversiones, sacrificios. Y lo peor es que lo hicieron sin consultarnos. Nos enteramos por los medios”.
En la misma línea, la Federación de Sociedades Rurales de Río Negro manifestó su preocupación por el impacto que esta situación tendrá en las economías regionales. “El levantamiento de la barrera y la consecuente reacción de Chile generan una gran incertidumbre para quienes vivimos del campo”, señalaron.
La situación de Tierra del Fuego.
Tierra del Fuego se ve afectada por la medida de Chile, ya que su producción ganadera —principalmente ovina y bovina— depende del tránsito terrestre a través del país vecino para ingresar al continente argentino. Que podría complicar no solo las exportaciones fueguinas, sino también el traslado interno de hacienda y productos cárnicos, al quedar sujetos a nuevas restricciones por parte del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) chileno.
¿Qué dice SENASA?
Desde el organismo sanitario argentino, justificaron la decisión como parte de un proceso de “armonización de criterios sanitarios”, alegando que no se ponen en riesgo los estándares internacionales de control. Sin embargo, en el plano diplomático, las consecuencias ya están a la vista.
Chile actuó rápido y con severidad, aduciendo que el cambio modificó el “estatus epidemiológico” bajo el cual se había otorgado el permiso de importación. Y no es para menos: el país trasandino mantiene un protocolo de tolerancia cero en cuestiones sanitarias ganaderas, lo cual también le permite exportar a mercados exigentes como el asiático.
Una pulseada regional con proyección internacional
El cierre del mercado chileno es un golpe simbólico pero también económico. En 2024, Chile fue uno de los principales compradores de carne patagónica, lo que fortalecía una cadena productiva integrada por frigoríficos, transportistas, productores y trabajadores rurales.
Analistas del sector advierten que la medida podría ser la primera ficha de un dominó mayor si otros países, como Estados Unidos o la Unión Europea, revisan los acuerdos sanitarios con la Argentina a raíz del nuevo criterio adoptado.
Mientras tanto, productores patagónicos reclaman que se restituya el estatus sanitario original o, al menos, que se abra una mesa de negociación técnica entre ambos países para evitar daños mayores.
¿Qué sigue?
Voceros del sector agroindustrial aseguraron que ya se están haciendo gestiones diplomáticas para revertir la decisión o buscar mecanismos alternativos de certificación. Por ahora, el comercio con Chile permanece cerrado, a la espera de auditorías y controles in situ que puedan devolver la confianza al país vecino.
Para los productores del sur argentino, cada día que pasa sin una solución representa una pérdida concreta: de ingresos, de mercados y, sobre todo, de previsibilidad.