La revolución del silaje en el corazón del Valle de Conesa

El 3º Taller de Ganadería convoca a productores, técnicos y jóvenes para repensar la producción bovina a través del silaje de maíz. Una práctica que gana terreno y promete transformar la eficiencia forrajera.
Conesa, Río Negro – Este miércoles 25 de junio, desde las 08:30 horas, la Cámara Agraria de Conesa volverá a abrir sus puertas para recibir a productores, estudiantes, profesionales y técnicos del sector agropecuario en una nueva jornada clave para el desarrollo ganadero de la región. En el marco del programa que busca potenciar la actividad bovina en el Valle Irrigado, el 3º Taller Ganadero pondrá el foco en el silaje de maíz, una técnica cada vez más valorada por su capacidad para asegurar alimento de calidad y estabilidad productiva en tiempos de cambio.
Organizado en conjunto por el INTA, la Cámara Agraria, el ENDECON, el Programa Ganadero Bovino y con el respaldo de la Secretaría de Agricultura de Río Negro, el evento se propone como un espacio de encuentro y capacitación para todos los eslabones de la cadena.
“El silaje de maíz no es solo una técnica: es una decisión estratégica”, afirma Daniel Vázquez, presidente de la Cámara Agraria, quien destaca que el encuentro no solo será formativo, sino también una ocasión para generar redes y tomar decisiones informadas de cara a la próxima campaña. “Es una excelente oportunidad para planificar los trabajos, conocer proveedores y conversar con especialistas de primer nivel”, asegura.
El programa contará con la participación de referentes del INTA Valle Inferior, como la Ing. Agr. Evely Neffen, la Ing. Agr. Gabriela Garcilazo, el Lic. Juan Gallego, y el productor Eduardo Tejeda, que aportará su mirada desde la trinchera del campo. También estará presente el contratista Fabián Miró, pieza clave en la operatividad del silaje, una etapa que requiere precisión y conocimiento técnico.
La jornada abordará aspectos fundamentales del proceso: desde el manejo del cultivo de maíz para silaje —con foco en la elección de variedades adaptadas, siembra en fechas óptimas, densidades adecuadas, fertilización balanceada y control sanitario— hasta el rol de los contratistas en los momentos clave, tanto en siembra como en cosecha.
El objetivo es claro: aumentar la eficiencia de producción forrajera, reduciendo costos sin resignar calidad, y construir así una base sólida para una ganadería más competitiva, sustentable y adaptada al contexto regional.
En un escenario donde la seguridad alimentaria animal se vuelve central para sostener los sistemas productivos, el silaje de maíz se posiciona como una herramienta estratégica. Y el Valle de Conesa —con su potencial y empuje— se anima a liderar este nuevo capítulo.