Tierras raras: el tesoro invisible que puede reconfigurar el destino de Argentina. audio

¿Sabías que sin tierras raras no habría autos eléctricos, celulares ni transición energética? Mientras el mundo compite por estos minerales estratégicos dominados por China, Argentina podría tener una ventaja aún no explorada.
Surge una pregunta urgente: ¿llegaremos a tiempo?
Aunque su nombre suene extraño, las “tierras raras” están mucho más cerca de lo que imaginamos. Están en nuestros bolsillos, en los hospitales, en los campos de energía renovable y en los centros de defensa militar. Las tierras raras –un grupo de 17 elementos químicos con nombres tan desconocidos como indispensables– son la base oculta de la tecnología moderna. Sin ellas, no existirían los imanes súper potentes de las turbinas eólicas, los sistemas de guiado de misiles, las pantallas táctiles ni las baterías de los autos eléctricos. Sin tierras raras, el futuro simplemente no sucede.
El mundo ya lo entendió. La transición energética, el impulso por electrificar la movilidad y la carrera armamentística del siglo XXI dependen, en buena medida, de estos elementos. Y por eso, las potencias globales se disputan su control.
Argentina podría tener yacimientos de tierras raras en varias provincias, pero aún no los ha desarrollado.
China hoy lidera esa hegemonía: produce y refina más del 60% del volumen mundial, lo que le da una influencia estratégica enorme en la economía global. En respuesta, Estados Unidos y la Unión Europea aceleran políticas para reducir su dependencia y buscan nuevas fuentes en otras geografías.
En este contexto, Argentina podría tener algo más que buenas intenciones: podría tener tierras raras en provincias como La Rioja, Mendoza, San Luis, Córdoba, Misiones, y Río Negro.
El problema es que el potencial sigue siendo potencial: aún no hay desarrollo extractivo a escala, ni políticas públicas específicas que aceleren esta oportunidad.
Consultado por este medio, el geólogo independiente, Pablo Rolando, docente de la Universidad Nacional de Río Negro, ofreció un panorama detallado sobre la situación geológica del país, las diferencias entre minerales estratégicos y críticos, y la complejidad técnica de su exploración. También explicó por qué es clave desarrollar capacidades nacionales para refinar estos elementos, tarea que hoy requiere procesos industriales altamente complejos y que hay que gestionar con responsabilidad.
No se trata sólo de tener el recurso, sino de saber qué hacer con él. Porque las tierras raras, como el litio, no se exportan en bruto si se quiere construir soberanía tecnológica. Se industrializan, se integran en cadenas de valor y se piensan a largo plazo.
En un escenario donde el futuro se mide en gigavatios, almacenamiento de energía y movilidad sostenible, Argentina está ante una nueva disyuntiva histórica: ¿ser proveedor periférico o jugador estratégico?
La oportunidad está bajo tierra. Lo que falta es una política que mire hacia el cielo: una visión que trascienda lo inmediato, que piense en ciencia, industria y soberanía. Porque en esta carrera global por los recursos del futuro, no alcanza con tenerlos… hay que saber qué hacer con ellos.
Escuche la entrevista: El geólogo Pablo Rolando detalla los desafíos técnicos, las oportunidades geopolíticas y el potencial real de Argentina en el mercado de tierras raras.
Disponible en todas nuestras plataformas.