Facundo Fernández: La Barrera Zoofitosanitaria: un pilar clave para las producciones sanas en la Patagonia. audio

La Patagonia ha construido su prestigio en el ámbito de las producciones agroalimentarias sobre un fundamento esencial: la sanidad. Esta virtud, que permite acceder a mercados exigentes y posicionar los productos de la región como de alta calidad, tiene un pilar fundamental en la Barrera Zoofitosanitaria. Sin embargo, el panorama actual plantea desafíos importantes para su continuidad.

El secretario de Fruticultura de Río Negro, Facundo Fernández, en contacto con este medio, enfatizó la relevancia de este sistema de control, que lleva años en funcionamiento y ha sido determinante para evitar la entrada de enfermedades perjudiciales. “Si no estuviera la Barrera, perderíamos los mejores mercados internacionales, donde la calidad y la sanidad son requisitos indispensables”, señaló.

La preocupación surge a raíz de la decisión del gobierno nacional de no financiar el 30% del costo operativo de la Barrera, lo que obliga a una reingeniería en su sostenimiento. Frente a esta situación, se ha consolidado el compromiso de las provincias y del sector privado para garantizar su funcionamiento, aunque el camino no será fácil.

Competitividad en un contexto adverso

El secretario también hizo hincapié en un tema recurrente para los productores patagónicos: la necesidad de reducir la carga impositiva. “Nuestros competidores del hemisferio sur, como Chile, operan con costos mucho menores. Por ejemplo, una caja de fruta terminada en Argentina paga un 40% de impuestos, mientras que en Chile solo un 16%”. Estas diferencias impactan directamente en la competitividad de la región en los mercados internacionales.

Además, destacó que la inflación y los elevados costos de insumos y maquinaria agravan la situación. “Comprar un tractor en Argentina cuesta el doble que en otros países productores del hemisferio sur, lo que representa un enorme obstáculo para los pequeños y medianos productores de la región”, explicó.

Un desafío colectivo

La continuidad de la Barrera Zoofitosanitaria no solo depende de decisiones políticas y financieras, sino también del compromiso colectivo. Tanto los productores como las autoridades han comenzado a plantear estrategias conjuntas para garantizar su funcionamiento, conscientes de que este mecanismo no solo protege a las producciones regionales, sino también a las economías de miles de familias que dependen de ellas.

En un contexto global donde la calidad y la sanidad son moneda de cambio, la Patagonia no puede permitirse retroceder. La preservación de la Barrera Zoofitosanitaria es una apuesta al futuro, a la sostenibilidad de una región que aspira a seguir siendo sinónimo de excelencia en sus productos.

Análisis comparativo

Según datos obtenidos, otros países productores del hemisferio sur han sabido capitalizar sus ventajas competitivas. Chile, por ejemplo, exporta fruta con menores costos impositivos y operativos, lo que le permite ser más agresivo en precios y condiciones comerciales. Por otro lado, la Patagonia, gracias a la Barrera, ha logrado erradicar enfermedades como la mosca de la fruta, lo que le otorga acceso preferencial a mercados como el estadounidense y el europeo.

El desafío, por tanto, no solo radica en mantener este estatus, sino también en encontrar un equilibrio que permita a los productores seguir siendo competitivos en un mercado cada vez más exigente y globalizado.

La Barrera Zoofitosanitaria es mucho más que un mecanismo de control; es el escudo que protege la identidad productiva de la Patagonia. Frente a los retos actuales, será fundamental la unión de esfuerzos entre el sector público y privado para no ceder terreno en un escenario global donde la sanidad y la calidad siguen siendo las claves del éxito.