El sabor de la Patagonia: Sidra Pülku, un tesoro escondido en el Alto Valle Rionegrino.

En el corazón de Villa Regina, en el Alto Valle de Río Negro, dos mujeres están escribiendo una historia de esfuerzo, pasión y sabor. Mariana Caparros y su madre María Barrera han convertido su fábrica de sidras, Pülku, en un referente de calidad que no solo conquista a los locales, sino que también ha llegado a los bares más exclusivos de Buenos Aires, llevando consigo el alma de la región.

El proyecto comenzó con un sueño: crear una sidra que fuera capaz de reflejar la riqueza del terruño patagónico. Pero más allá del producto, Pülku es un homenaje al trabajo dedicado, al coraje y a la visión emprendedora. Con una receta que combina tradición y modernidad, la sidra no solo se disfruta sola, sino que ha ganado un lugar especial en el mundo de la coctelería, destacándose por su versatilidad resaltando su calidad y el cuidado con el que es elaborada. Además, esta característica permite que sea apreciada por un público más amplio

Un punto de inflexión en este recorrido fue el contacto con Narda Lepes, cocinera y presentadora un socio estratégico que impulsó a la firma a realizar una edición limitada de una sidra nueva con un costado sostenible ya que serán 1000 botellas recuperadas del restaurante de Narda,  posicionándose como un producto premium , resaltando la dedicación y el esfuerzo de estas dos mujeres que, con valentía y visión, lograron llevar adelante un proyecto tan especial.

Hoy, cada botella de Pülku lleva consigo no solo el sabor de las mejores manzanas y peras del Alto Valle, sino también el testimonio de un trabajo que combina tradición, innovación y amor por lo que se hace. Es más que una bebida; es un pedacito de la Patagonia en cada copa, una historia que inspira y un recordatorio de que los sueños pueden llevarnos muy lejos.

Así, Pulku se ha convertido en un emblema, no solo por su calidad, sino por la historia de estas dos mujeres que, con pasión y determinación, han demostrado que todo es posible cuando se trabaja con amor por lo que se hace. Mariana y María no solo han creado una sidra que encanta a todos, sino que también han demostrado que con determinación y pasión, es posible llevar adelante grandes proyectos. Su historia es un recordatorio de que los sueños, cuando se trabajan con amor y esfuerzo, pueden florecer y llegar muy lejos. Así, Pülku no es solo una bebida, es el fruto del esfuerzo y la dedicación de dos luchadoras.