Cortinas rompevientos: guardianes de la fruticultura en Río Negro. audio.

Audio Ingeniero del INTA Esteban Thomas

En la vasta y árida extensión de Río Negro, donde los vientos patagónicos rugen con fuerza y ​​ la protección de los montes frutales se ha convertido en una misión esencial para los productores locales. En este paisaje desafiante, las cortinas forestales rompevientos han emergido como una herramienta fundamental para salvar una de las joyas más preciadas de la región:

Esteban Thomas, ingeniero agrónomo con una trayectoria profunda en el Valle de Río Negro, explica la importancia crítica de estas barreras naturales.

Estas cortinas, formadas por filas de árboles estratégicamente plantados, cumplen una doble función: actúan como escudos contra los vientos implacables y, a su vez, crean un microclima favorable que protege y nutre los cultivos.

En una región donde la fruticultura es la columna vertebral de la economía, el éxito de una cosecha puede depender directamente de la existencia de estas barreras naturales. No es solo cuestión de cuánto fruto recogemos, sino de la calidad y la consistencia con la que lo hacemos año tras año.

Las cortinas rompevientos son una inversión que, con el tiempo, paga con creces en términos de estabilidad y productividad”.

En definitiva, las cortinas rompevientos en Río Negro no son meras estructuras vegetales; son guardianes silenciosos y esenciales que protegen la vida y la prosperidad de la región.