Alerta en la Patagonia: El futuro de la producción frutícola en jaque por el desfinanciamiento del programa de la mosca de los frutos y la barrera sanitaria. audio Anibal Caminiti.

Audio: Anibal Caminiti, gerente de CAPCI

En las entrañas productivas de la Patagonia, un murmullo de preocupación se ha transformado en un clamor. El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) ha comunicado que no se hará cargo del porcentaje económico que aporta al programa de la mosca de los frutos, un pilar fundamental para mantener la barrera sanitaria que protege a la región. Como si esto no fuera suficiente, han surgido rumores de que el gobierno nacional tampoco cubrirá los costos que implica mantener esta barrera, lo que ha encendido alarmas en la comunidad frutícola.

Aníbal Caminiti, gerente de la Cámara Argentina de Productores de Cerezas Integrados (CAPCI), en contacto con este medio, advirtió sobre los riesgos inminentes: “Perder el estatus sanitario sería devastador. Para la producción de cerezas, esto no solo impactaría la calidad, sino que podría cambiar completamente la ecuación del negocio. El esfuerzo de años para posicionarse en mercados internacionales, que valoran la fruta libre de plagas, se vería en peligro”.

La comisión de sanidad vegetal se reunirá esta semana para analizar la problemática y buscar soluciones que, según muchos, deben ser inmediatas. La Patagonia ha sido un ejemplo a nivel mundial en la lucha contra la mosca de los frutos, una plaga que afecta la calidad y comercialización de productos como la cereza, la manzana y la pera. Mantener el estatus sanitario no solo garantiza la calidad de los frutos que se exportan, sino que también es una carta de presentación en los mercados más exigentes.

El estatus sanitario de la Patagonia no es solo un concepto técnico; es una barrera vital que protege un sector clave de la economía regional. Sin este escudo, se corre el riesgo de que las frutas patagónicas, reconocidas por su alta calidad, pierdan competitividad frente a otros países, afectando no solo a los productores, sino también a miles de trabajadores que dependen de esta actividad.

La incertidumbre reina en los valles patagónicos. Productores, técnicos y autoridades locales se encuentran en vilo, sabiendo que el desenlace de esta crisis podría definir el futuro de una industria que es el corazón económico de la región. Mientras tanto, la esperanza de encontrar una solución se mezcla con el temor a que, si no se actúa a tiempo, las consecuencias sean irreparables.

Este enfoque destaca la gravedad del problema, resalta las voces involucradas y muestra el impacto que tendría en la región.

Mosca de los frutos

La plaga Mosca de los Frutos es considerada una de las plagas de mayor importancia económica para la producción frutihortícola de la Argentina, debido a los daños que produce en la fruta y a las mermas económicas asociadas. Por este motivo, en el año 1994 se crea el Programa Nacional de Control y Erradicación de Mosca de los Frutos – PROCEM – mediante Resolución ex – IASCAV Nº 134, desarrollando sus acciones sobre las plagas Ceratitis capitata (Mosca del Mediterráneo) y Anastrepha fraterculus (Mosca Sudamericana).

Objetivo Principal del Programa

El objetivo principal del Programa consiste en la reducción del impacto socio-económico ocasionado por esta plaga en las cadenas de producción frutihortícola a través de sus dos principales efectos

Pérdidas directas: debido a la merma en la producción obtenida en el área con presencia de la plaga y la disminución de su calidad en los frutos infestados

Pérdidas indirectas: restricciones a la exportación y/o necesidad de aplicar tratamientos cuarentenarios u otras medidas, que representan incrementos significativos en los costos de comercialización.