Neuquén: Mujeres rurales abastecen a su zona con la producción de verduras
Son cinco. Presentaron un proyecto en el concurso Mujeres Rurales 2020 que organizó la subsecretaría de Producción y el Centro de Desarrollo Económico de la Mujer (CEDEM).
Cinco mujeres del paraje Leuto Caballo, cercano a Tricao Malal, abastacen a toda la zona con una variada producción de verduras. Mediante un proyecto que presentaron en el concurso Mujeres Rurales 2020 que organizó la subsecretaría de Producción y el Centro de Desarrollo Económico de la Mujer (CEDEM), pudieron sumar un invernadero de adobe, que por sus características, les permite sortear el clima y prolongar sus producciones.
El grupo está encabezado por Ana Rosa Aravena, presidenta de la Asociación de Fomento Rural (AFR) que tiene el paraje. Este año lograron producir 60 kilos de tomate, 20 kilos de berenjena, 15 kilos de morrón, 80 kilos de acelga, 10 kilos de rabanitos, 17 Kilos de chauchas y algunas otras verduras de estación. Realizaron capacitaciones en huerta agroecológica, compostaje, y aromáticas, entre otras. El objetivo de este año es incorporar riego por goteo.
“Nosotras somos un grupo de mujeres integrantes de la AFR Leuto Caballo que nos dedicamos a la producción de hortalizas de forma conjunta”, contó Aravena. Continuando con su historia, explicó que “en el año 1997, se construyó un salón comunitario para que los chicos del Paraje puedan asistir a clases”.
“Hasta ese momento, no había escuela en Leuto Caballo, nuestros hijos y sobrinos, debían trasladarse a pie o a caballo a unos 15 kilómetros, donde se encontraba la escuela más cercana, en el Paraje Chapúa. A partir de esta situación es que nos dimos cuenta que era importante empezar a pensar en trabajar juntas y de este modo, poder lograr mejores condiciones para nuestro lugar”, confió Ana Rosa.
Agregó que empezaron a trabajar en la Asociación “y fuimos beneficiarias del programa social agropecuario, con el que construimos en primer invernadero de adobe en el año 1999. En ese momento yo era representante de los pequeños productores en la provincia de Neuquén”.
“Tuvimos mucho éxito. Con la venta de las verduras que producimos todos los años, podemos mantener los balances de la asociación al día, y comprar alguna cosa o reponer semillas”, aseguró.
“En 2020 empezamos a trabajar con la asistencia técnica de la subsecretaría de Producción y participamos del concurso de Mujeres Rurales de ese año, donde presentamos un proyecto para la construcción de un nuevo invernadero de adobe con policarbonato para hacer plantines que no se dan en un invernadero de polietileno, porque se queman, y para poder abastecer a nuestra zona”, señaló.
Contó que “fuimos ganadoras de ese concurso, somos cinco mujeres las que estamos trabajando en ese proyecto, pudimos comprar los materiales y con la ayuda del municipio avanzamos en la construcción del invernadero que fue terminado en diciembre de 2021 y para el que recibimos capacitaciones desde la subsecretaría de Producción”.
El concurso para financiamiento de proyectos que tienen como protagonistas a mujeres rurales se realiza en cada edición del evento que organiza la subsecretaría de Producción, cada 15 de octubre, Día Internacional de las Mujeres Rurales.
La iniciativa cuenta con una instancia de presentación de ideas proyecto, luego preselección y acompañamiento técnico en la formulación de los mismos. Con el acompañamiento de Fundación Atreuco y el Banco Provincia del Neuquén (BPN), se premió en 2021 un proyecto asociativo por 200 mil pesos, cinco premios para proyectos individuales de 75 mil pesos y un premio mención de 50 mil pesos.
El adobe como noble material
La utilización de ladrillos de adobe para distintas estructuras habitacionales o productivas, es una práctica que responde a solventar las vicisitudes del clima patagónico, donde predominan condiciones muy extremas, entre ellas bajas temperaturas.
“Las ventajas que encontramos en la utilización del adobe es que no consume ningún tipo de energía, es de fácil fabricación artesanal y de buen aislamiento térmico y acústico, se utiliza mano de obra local para trabajarlo y revaloriza una práctica ancestral”, detalló la técnica a cargo del acompañamiento de la organización, Lorena Anrique.