Sidra, un negocio en retirada
Se pasó de producir 103 millones de litros anuales en 2013 a 40 millones en la actualidad. El consumo per cápita, en caída libre.
Juan Manuel Porolli
Al contrario de las tendencias que se vienen dando en el mundo, el consumo de sidra en Argentina en lo últimos tres años cayó de 2,5 litros per cápita a 1,1 litros, lo que significa una reducción de casi el 60%. Así lo refleja el Programa de Desempeño de Productos, realizado en 2013 por el Instituto de Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y que se mantiene en la actualidad
Este sector pasó de producir, en 2003, cerca de 103 millones a litros a poco menos de 40 millones este año.
Desde hace varios años, muchas grandes marcas están intentando darle un fuerte impulso a esta bebida. Según el sitio web Alimentos Argentinos, dependiente del ministerio de Agroindustria de la Nación, “primero fue el grupo cervecero CCU Argentina (Compañía Cervecerías Unidas), que ingresó al negocio de la sidra adquiriendo el 71% del paquete accionario de las firmas Sáenz Briones (dueña de las marcas Sidra Real y Sáenz Briones 1888), y sidra La Victoria (que controla a La Victoria y Reina de España), pertenecientes ambas a un mismo grupo local. La operación se cerró en 13,2 millones de dólares y permitirá a CCU controlar aproximadamente la cuarta parte del negocio de las sidras en la Argentina”. Dos años después, en 2012, quien ingresó al mercado fue la marca local Andes.
La premisa fue clara, tratar de desestacionalizar el producto y colocarlo no sólo en las góndolas durante todo el año, sino también en locales de diversión nocturna con envases individuales de 330 y 660 cm3 con tapas “twist off”, atractivos y modernos.
Los principales competidores en el mercado de la sidra son las cervezas y los vinos espumantes, que por precio representan un contrincante duro de derribar, sobre todo si se tiene en cuenta el enorme gasto anual que realizan estas dos bebidas en publicidad.
Hoy el mercado está planteado para que desde octubre y hasta enero, como máximo, se venda sidra en los diferentes locales comerciales. Con las ventas de esa época el sector debe volver a producir y mantener la estructura para volver a estar presente en las góndolas al año siguiente, sin contar en el medio con los procesos inflacionarios que viene viviendo Argentina que hacen que la realidad sea aun más compleja.
“Nosotros en 60 o 90 días definimos todo y las políticas gubernamentales mucho no ayudan, porque en vez de promover la plantación de los cultivos, sacan programas para erradicarlos, en vez de erradicar la plaga que los afecta. Tienen que entender que promover la industria es promover el empleo directo e indirecto que esto genera”, sostuvo Juan Valle, de Sidra Cortesía en Tunuyán.
Precio bajo
El gerente de la Asociación de Productores y Exportadores de Frutas Frescas (Aspeff), Raúl Aruani, explicó que el destino de la manzana mendocina a la elaboración de sidra es casi ínfimo por dos razones puntuales, “la primera porque lo que se le paga al productor es muy poco y lo segundo son los controles fitosanitarios”.
Por esto mismo descartó de plano que este sector pueda servir para la diversificación de los destinos de la producción de esta materia prima que viene en retroceso desde hace un tiempo a esta parte en Mendoza.
El gerente de Aspeff explicó que “lo único que podría destinarse a sidra es el descarte de máquina, pero la planta debería estar en el oasis norte y oeste porque si no, no puede pasar la barrera fitosanitaria que impide el reingreso de la fruta. Podría haber una herramienta técnica de excepción para el reingreso pero eso sería un costo más para el productor, y hoy siendo generosos se están pagando $ 0,20 el kilo para sidra”.
Por su parte, Alejandro de la Fourniere, responsable de producción de la cooperativa La Reginense, ubicada en Río Negro, sostuvo que de manera excepcional en Río Negro se están pagando hasta $ 2 el kilo de la manzana para sidra pero “porque este año no hubo mucho, digamos que es circunstancial. Si no se pagan $ 0,80 el kilo, eso es lo normal”.
Aruani manifestó que “hace varias temporadas que no solo para el caldo base de sidra, sino que muchos casos traen la materia prima desde Río Negro, por un costo de logística, el flete es más barato”, y aclaró que “lo que no se cosecha para fresco y algunos montes que se trabajan como orgánicos para papilla de alimentos para bebé, ya van 3 o 4 temporadas que se deja la manzana en el frutal. Ni siquiera se levanta”.
Qué pasa a nivel país
En la última década en Argentina el mercado de la sidra ha concentrado el 80% del consumo entre los meses de octubre y diciembre, describe el INTI en su trabajo.
El informe señala que históricamente, el destino de la producción de manzanas se distribuye un 35% para consumo en fresco, 17% exportación y 48% industria. A su vez la industria destina el 83% del volumen que procesa a jugo concentrado, un 5% a manzana deshidratada (entre otros productos derivados de la molienda) y sólo el 12% a la elaboración de sidra.
Pero uno de los datos más importantes es el de las provincias productoras de sidra, ya que se estima que el 90% se elabora en Buenos Aires, mientras que el 10% restante se distribuye entre Río Negro, Mendoza y San Juan.
A pesar de que Buenos Aires no es productor de manzanas, es uno de los principales elaboradores de sidra y esto se explica por el hecho de los costos de logística, ya que es más económico mandar la materia prima al principal mercado del sector para que se produzca allá.
De la Fourniere expresó que “a nivel mundial el consumo de sidra tiene un amplio crecimiento anual, que va del 7% en Australia y 4% en Inglaterra.
Tienen una demanda sostenida. En Argentina se da todo lo contrario, principalmente por la mala publicidad que tiene la bebida y porque casi la única época donde se comercializa fuerte es para las Fiestas”.
Pero la caída del consumo se explica por varios motivos. Primero, la estacionalidad de las ventas, que hace que sea un producto que sólo se comercialice fuertemente para las fiestas de fin de año, provocando que con lo que se logra recaudar en esos meses se mantenga toda una estructura durante todo el año. La segunda causa es la mala publicidad que tiene la sidra, “que la hace conocida como ‘el champán de los pobres’, cuando hay productos que son muy nobles y muy ricos”, explicó de la Fourniere.
Exportaciones
En 2015 Argentina exportó sidra por un total de 9.093.896 dólares y su principal mercado fue Chile, Paraguay y Bolivia. Mendoza representó el 11% del total de las exportaciones con un monto de 1.007.952 dólares, según los datos que otorga la Fundación Pro Mendoza.
La principal provincia exportadora de sidra en el país es Río Negro, seguida por Buenos Aires, luego viene Mendoza y cierra la lista Santa Fe. El volumen total exportado por estas cuatro provincias fue de 12.381.696 litros, correspondiendo a Mendoza sólo el 7,3%.
Quiénes producen
Según publica Alimentos Argentinos, en 1997 existían en el país 15 empresas elaboradoras. Siete plantas industriales se hallan en Mendoza, otras 7 en Río Negro y 1 en San Juan. Cuatro de ellas concentran el 75% del mercado (Sidra La Victoria, Astorqui, Sáenz Briones y Jugos Mendocinos).
En la actualidad la producción de sidra se concentra en 4 empresas acaparan el 75% de las ventas. Las mismas son: Real y La Victoria (que tienen un 25% de participación y juntas son líderes), Astorqui (Sidra del Valle) y Jugos Mendocinos (La Farruca). La mayor parte de las industrias compran la materia prima a terceros. Sólo el 10% de las firmas son productoras de fruta y la mayoría de las empresas fraccionan en Capital Federal o el Gran Buenos Aires. Fuente diario Los Andes