La OIT advierte sobre el riesgo de una “generación de confinamiento”
La Organización Mundial del Trabajo advierte que entre los jóvenes las consecuencias sociales y económicas de la pandemia podrían ser muy duraderas, dando lugar a una “generación de confinamiento”.
Por Ignacio Lautaro Pirotta
El último informe del Observatorio de la Organización Mundial del Trabajo (OIT) sobre el mundo del trabajo y el Covid-19 advierte que los efectos económicos y sociales de la pandemia afectan de manera desproporcionada a los jóvenes, pudiendo tener incluso efectos persistentes a lo largo de toda su vida laboral y dando lugar a la “generación de confinamiento”.
La OIT señala que los jóvenes entre 15 y 24 años se ven afectados en varios ámbitos, en particular en la interrupción de los programas educativos y de formación, lo que podría mermar sus posibilidades a futuro, la pérdida de trabajo e ingresos y en mayores dificultades para encontrar trabajo.
El déficit de acceso a la tecnología afecta a los hogares más pobres y a los países menos desarrollados.
Respecto a la interrupción de los estudios, el informe sostiene que si bien dos terceras partes de los cursos han pasado a ser impartidos a distancia, la falta de infraestructura y el déficit de acceso a la tecnología afectan a los hogares más pobres y a los países menos desarrollados. La interrupción de la formación podría repercutir de por vida en el nivel de ingresos de los jóvenes y las posibilidades de encontrar trabajo.
Además, existen pruebas fehacientes de que en general los jóvenes padecen en mayor medida los efectos de las crisis y recesiones, con consecuencias incluso a largo plazo, debido a los devastadores efectos del desempleo prolongado. Y en particular, dificultades para incorporarse al mercado laboral durante y luego de un período de recesión.
Antes del inicio del coronavirus cuatro de cada diez trabajadores jóvenes se desempeñaban en los cuatro sectores de la economía más afectados por la pandemia: comercio al por mayor y por menor; fabricación; inmobiliario y actividades administrativas; hotelería y alimentación. Además, el 77% de los jóvenes a nivel mundial trabajaba en el sector informal. El índice de desocupación juvenil ya era elevado con anterioridad a la pandemia, siendo de 13,6% a escala mundial.
La pandemia supone el riesgo de producir una “generación de confinamiento”.
Entre febrero y abril de este año el desempleo entre los jóvenes ha mostrado un significativo aumento, sobre todo entre las mujeres. Por ejemplo, en Canadá durante ese período la desocupación se incrementó en 6 puntos porcentuales entre la población adulta, pero entre los hombres jóvenes un 14,3% y entre las mujeres jóvenes un 20,4%. Tendencias análogas se dan en países como Estados Unidos, China, Países Bajos, Australia, Irlanda, Corea del Sur y Suiza.
El mundo del trabajo en general ya enfrentaba dificultades con anterioridad a la crisis del coronavirus. En su informe del mes de febrero, la OIT alertaba que la insuficiencia del trabajo afectaba a casi 500 millones de personas alrededor del mundo, especialmente a jóvenes y mujeres. Además, en el mismo informe se detallaba que un 22% de los jóvenes a nivel mundial no estudiaban ni trabajaban. La semana pasada, el Banco Mundial publicó su informe “Perspectivas Económicas Globales”, en el que estima que 60 millones de personas podrían caer en la extrema pobreza durante 2020.
Según la OIT, la exclusión de los jóvenes del mercado laboral y la interrupción en la formación constituyen el mayor riesgo para la sociedad, habida cuenta de que dichos fenómenos tienen efectos de largo plazo. Además de exacerbar las desigualdades existentes entre países y al interior de cada uno de ellos, la pandemia supone el riesgo de producir una “generación de confinamiento”.
Fuente: y fotografía: EL Agrario.