Las cerezas se consolidan en la Patagonia gracias a su potencial exportador
En el último lustro la exportación de cerezas argentinas se incrementó en un 13 por ciento anual, con un papel importante de la región patagónica. En la segunda Jornada Nacional de Cerezas se trabajará en torno a oportunidades comerciales y aspectos productivos del cultivo.
Mientras que en la última década los volúmenes de frutas frescas exportadas por la Argentina se redujeron en un 50 por ciento, para igual período la exportación de cerezas frescas experimentó un promedio de crecimiento del siete por ciento anual. Sólo en los últimos cinco años (2014-2018), este porcentaje se incrementó en un 13,15 por ciento anual.
El negocio de las cerezas es netamente exportador, en los últimos 20 años se reconvirtió la industria cerecera nacional desarrollando su propio know how, orientando principalmente su producción a los mercados internacionales. La Patagonia ha sido el principal protagonista en este proceso, motivo por el cual actualmente se exporta con este origen el 89 por ciento del total nacional, siendo la Norpatagonia la principal región con el 44 por ciento de este volumen exportado.
Las condiciones agroecológicas, la calidad de su fruta, la disponibilidad de recursos (tierra y agua ya sistematizadas) y el desarrollo de servicios con que cuenta la región, sumado a la apertura de nuevos mercados, ubican a este sector en inmejorables condiciones para el análisis de nuevas inversiones.
Con un promedio de 4,72 dólares por kilogramo FOB (del inglés Free On Board) en los últimos cinco años, y la reciente apertura del mercado chino, el desarrollo comercial de este fruto no visualiza techo. La demanda china supera ampliamente las actuales posibilidades de este negocio para la oferta argentina. China crece en la demanda por este fruto ininterrumpidamente en los últimos años. Lo demuestra el incremento exponencial de las exportaciones chilenas de los últimos años.
Mientras el 85 por ciento de las exportaciones chilenas se dirigen a China, sobre un total de casi 180.000 toneladas exportadas, Argentina mantiene una distribución de su oferta mucho más equilibrada, con presencia en los principales mercados internacionales.
La propia dinámica de los mercados requiere de permanente información y actualización en procesos productivos, logísticos y comerciales necesarios para mantener el alto estándar de calidad por la que se reconocen a las cerezas argentinas en el mundo.
Por tal motivo, el 4 de octubre se realizará una nueva edición de la Jornada Nacional de Cerezas, en la ciudad de Neuquén. La actividad es organizada por el gobierno provincial a través del Centro PyME-Adeneu, dependiente del ministerio de Producción e Industria, y la Cámara Argentina de Productores de Cerezas Integrados (Capci).
El evento, de carácter arancelado, tiene como propósito acompañar el desarrollo de este joven y dinámico sector de la fruticultura nacional. Se abordarán los mercados internacionales y el mercado chino en particular, análisis económico de la inversión, manejo de enfermedades bacterianas, control de heladas con sistemas eólicos y térmicos, entre otras temáticas.
Neuquén se abre al mundo
La exportación de cerezas de forma directa desde el aeropuerto Juan D. Perón, con envíos en 2014 y 2016 a Hong Kong y Miami, respectivamente, significaron experiencias exitosas. Esto impulsó la visión estratégica del gobierno neuquino para que la provincia se transforme en un nodo logístico con el desarrollo del aeropuerto de cargas.
Otro de los productos con perfil exportador y en gran volumen son las truchas que se producen en los embalses de Piedra del Águila y Alicurá. La semana pasada el gobernador Omar Gutiérrez firmó el contrato para la operación de la planta de procesamiento de pescado de Piedra del Águila, a través de la cual se estima que en los próximos años se podrán procesar cerca de nueve mil toneladas y que se crearán 140 puestos laborales.
Las cerezas alcanzaron otro hito a principios de este año cuando se concretó la primera exportación a China de cerezas argentinas vía marítima, que demandó el trabajo conjunto entre el gobierno nacional, los gobiernos provinciales, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) y el sector empresario.