Bodega San Sebastián festejó su santo
El desierto patagónico quiere contar su historia, y lo transmite a través de los vinos de la bodega San Sebastián de la familia Tello.
Y así lo pudieron vivir 300 almas que concurrieron anoche en el día de San Sebastián a la bodega que como todos los 20 de enero festeja el día del santo que da nombre al emprendimiento y disfrutar de una noche de magia en la barda patagónica con un asado espectacular.
Viñedos San Sebastián es una bodega artesanal que se encuentra en la margen norte del Alto Valle de Río Negro ubicado puntualmente en la localidad de Cervantes. Desde el ingreso a la bodega se empieza a desplegar un halo de magia al tener que recorrer un par de kilómetros luego de abandonar la ruta 65, por un cañadón, o por zona de bardas según el camino que el visitante desee tomar para llegar , ya en la bodega y con la luna iluminando las espaldas de los visitantes se despliega la calidez de la familia que recibe con cordialidad e invita a hacer un recorrido por la bodega, para luego desplegar todo su arte de buenos anfitriones y hacer vivir a los invitados de una noche mágica, donde Alegría, pasión y emoción, fueron los puntos claves y donde no faltó, un padre que bendijo la velada. Los duendes de la serenata, la música, el baile y por su puesto los vinos de la bodega se conjugaron para una noche mágica bajo las estrellas y una luna bien amarilla que sumaron a esta noche única
El ingeniero Ricardo Tello, uno de los hermanos comento “cuando comenzamos con el festejo de San Sebastián éramos solo 60 personas, amigos y algún invitado, pero hoy nos visitaron 300 personas, y nos pone muy contentos.”
El proyecto de la bodega surgió de manera casi casual hace años atrás cuando Farid, el menor de los hermanos, viendo la crisis que vivía el sector vitivinícola, y los bajos precios que se obtendrían en ese entonces por la venta de uvas para vinificar, de manera improvisada se inició en el camino de la elaboración de vinos.
La primera experiencia obtuvo como resultado un muy dulce jugo de uvas, pero abrió el camino para la iniciativa que ya está en plena marcha en Viñedos San Sebastián, que hoy cuenta con líneas de producción artesanal y muy buena respuesta del mercado. El emprendedor era Farid Tello Najul, que en ese momento sólo tenía 13 años.
Después de mucho trabajo llegó la hora de encontrar un nombre para los vinos, como todo lo hicieron en familia y en forma democrática surgió en varios de los papelitos que usaron para escribir el nombre de “Lechuza” y allí quedó.
Cuando salimos de la finca entendimos el porqué. El camino de regreso bajo la luz de una luna en ciernes y una noche estrellada nos acompañaban varias lechuzas, las que como pajaritos domésticos acompañan las tareas diarias de la bodega.
El clima frío-templado con una gran amplitud térmica, el relieve de bardas y las pobres precipitaciones de esta zona proporcionan un microclima de aridez ideal para la producción de vid. Las aguas de la cordillera hacen que las vides cobren vida y desarrollen un potencial único de calidad, caracterizando a la región norte de la Patagonia Argentina como única en el mundo para variedades finas como Merlot y Pinot Noir.
“La exclusividad y calidad” son los lemas de empresa familiar y logran llegar con un producto muy particular y distinguido .