La oferta tecnológica del INTI en la Patagonia

NOTA CON AUDIO: María José Miranda, especialista del INTI.

En las provincias patagónicas, especialistas del INTI asisten técnicamente a numerosos sectores productivos, entre los sectores que el instituto asiste es el de bebidas alcohólicas fermentadas: se trata de aquellas que se obtienen a partir de la fermentación de los azúcares contenidos en frutas como la manzana y la uva, cereales como el trigo y la cebada, y otras materias primas, como la miel.
Los ejemplos más claros son el vino, la sidra y la cerveza. La fermentación se produce por la acción de levaduras que transforman azúcares en dióxido de carbono —gas— y alcohol.
Existen levaduras que son específicas para cada una de las bebidas aunque a veces para sidra se utiliza la misma que para el vino.
La oferta tecnológica del INTI en la Patagonia está naturalmente vinculada a las características territoriales que determinan la producción.
La fruticultura, por ejemplo, constituye la principal actividad productiva del Alto valle del Río Negro y Neuquén -especialmente con manzana y pera-, donde, a su vez, las condiciones naturales para la elaboración de vinos de calidad son excepcionales: eso explica la existencia de viñedos y bodegas de larga tradición. La Patagonia también cuenta con amplias superficies cultivadas con lúpulo, insumo clave en la elaboración de cerveza. Se produce principalmente en la llamada Comarca Andina del Paralelo 42, que comprende la ciudad rionegrina de El Bolsón y a varias localidades aledañas de Río Negro y Chubut; y también en chacras productivas de la localidad de Fernández Oro, en General Roca y recientemente en la ciudad de Villa Regina.

En este sentido, se montó un laboratorio de microvinificación, en donde se elaboran y caracterizan vinos producidos con variedades tradicionales y no tradicionales de uvas, y sus clones, a partir de uvas cosechadas en las parcelas experimentales de la Estación del INTA Alto Valle. Al finalizar cada ciclo, se organiza la presentación, al sector productivo, de los vinos elaborados durante el año. En esas ocasiones, los interesados pueden degustar las variedades que más les interesen y puntuarlos según sus características visuales, gustativas y olfativas y darles una valoración global de acuerdo a la calidad. Integrado a los programas que se llevan adelante, el INTI cuenta con un panel sensorial de vinos con jueces entrenados, integrado también por especialistas del INTA. Los jueces son capacitados periódicamente: para ello, se utilizan estándares cualitativos y cuantitativos, así como escalas de intensidad para los atributos sensoriales percibidos por nariz y boca. Este análisis no sólo se realiza en los vinos del proyecto, también se encuentra dentro de la oferta tecnológica permanente del instituto. La oferta del INTI incluye la mejora de la calidad. En este sentido, se llevó adelante un programa para la Implementación de Buenas Prácticas de Manufactura (BPM) en bodegas de la Patagonia norte con el que se sentaron las bases de un sistema de calidad y estandarización de todo el trabajo, desde la cosecha hasta su venta. El programa se ejecutó en el marco de un convenio específico del INTI con la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR). Otro aporte relevante que contribuye a la innovación y diversificación de la oferta habitual de los vinos en la región Norpatagónica es la publicación de las fichas de 17 vinos de variedades no tradicionales de uvas, donde se reporta la información del origen, las hectáreas cultivadas en el mundo, parte de su fenología, características de la planta, susceptibilidad a enfermedades y se describen las propiedades enológicas básicas de los mostos y vinos.

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