Viinos:La inserción Argentina en el mundo

Un informe de División Vinos Banco Supervielle

En materia de integración al mundo el reciente Acuerdo entre Mercosur y Unión Europea es lo más relevante de las últimas tres décadas por el impacto que puede tener en el mediano plazo en la economía argentina en general y en el sector vitivinícola en particular.

El Acuerdo firmado inicia un proceso relativamente largo tanto para su puesta en funcionamiento como así también para su implementación definitiva. Entre la traducción a todos los idiomas de los países intervinientes y la aprobación parlamentaria de cada país pueden pasar alrededor de dos años para su entrada en vigencia y luego está comprometido según los sectores un proceso de reducción arancelaria de cinco a quince años con un dato no menor y es que el proceso es más acelerado por parte de la Unión Europea que para el Mercosur.

En el caso del vino el período es instantáneo para los europeos y de ocho años para el Mercosur.

La gran discusión es lo que ocurrirá con la mayor competencia en el mercado de Brasil para los vinos argentinos y si existirá una mayor penetración en el mercado europeo para los vinos argentinos que compense este aumento de competencia.

Sólo tomando vinos fraccionados lo que está en juego para los vinos argentinos es un mercado de unos 50 millones de dólares en Brasil donde los europeos ya exportan más de 110 millones y podrían captar parte de la porción que hoy tienen los vinos de Argentina.

Por otra parte, las exportaciones de vinos fraccionados argentinos a Europa, sin considerar a Reino Unido, son de unos 110 millones de dólares y en ese mercado las importaciones de vinos europeos superan los 5.500 millones. La pregunta entonces es si la reducción arancelaria permitirá a los vinos argentinos captar algo de esas importaciones y desplazar comercio en Europa que compense lo que eventualmente podría perder en Brasil.

La historia reciente muestra que los vinos argentinos no han tenido una buena performance en Brasil y han sido desplazados no sólo por vinos chilenos sino también por europeos. Esto ha tenido una gran cantidad de explicaciones entre las que pueden mencionarse como más importantes: las dificultades cambiarias argentinas, una buena paridad cambiaria de los vinos europeos y el mayor foco puesto en vinos de más alto precio por parte de los exportadores argentinos que disminuyen las posibilidades de expansión en un mercado de precios más bajos que otros más atractivos.

Por otra parte, tampoco la performance de los últimos años ha sido buena en Europa como un todo, siempre excluyendo a Reino Unido donde los vinos argentinos han crecido considerablemente. Esto en general aunque en particular hay mercados donde Argentina se expandió como Francia o Irlanda. A diferencia de Brasil las gamas de precios donde los vinos argentinos crecieron en ese mercado son sustancialmente más elevadas que los de Brasil y allí los vinos argentinos han mostrado muy buena performance.

Es difícil pronosticar sin un análisis muy exhaustivo mercado por mercado si va existir compensación entre Brasil y Europa pero a priori todo parece indicar que se puede perder mercado de precios bajos y ganar en mercados de precios elevados y la compensación en volúmenes puede ser más difícil que en valor exportado.

Hay que hacer además una consideración general de otros aspectos que hacen a la competitividad de la industria como son la eliminación de aranceles de importación de insumos y bienes de uso de origen importado, en especial europeo.

Por otra parte, la mejor opción de los vinos argentinos en los mercados mundiales es avanzar en Acuerdos de Libre Comercio como lo están haciendo ya hace dos décadas sus principales competidores con lo cual este primer paso es muy significativo para el avance en otros acuerdos lo cual relativiza aún más la posible pérdida de share que podrían tener los vinos argentinos en el mercado de Brasil.

Los vinos fraccionados argentinos están obligados a mejorar su competitividad la que no vendrá por la protección de mercados sino por una composición de costos distintos, especialmente los tributarios y logísticos y para ello tendrá un período de adecuación de por lo menos una década mientras que la reducción de aranceles a la Unión Europea operará desde el primer día del Acuerdo lo cual da un tiempo muy importante de adecuación competitiva.

Las últimas dos décadas han demostrado la capacidad competitiva de los vinos argentinos en los mercados mundiales. A pesar de tener condiciones de contexto macroeconómico interno muy agresivas cayeron relativamente poco en los últimos años y por otra parte lo hicieron en un contexto mundial donde los vinos argentinos pagaron los aranceles más elevados en comparación con sus competidores. Tanto una mejora en las condiciones macroeconómicas como una apertura al mundo podrían colocar a la industria en una posición competitiva superior en los próximos años.

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