Otra caída de ventas de vino profundizó en el semestre la tormenta perfecta que castiga al sector

Las dos peores vendimias de los últimos 50 años, sumadas al aumento de costos por la inflación y un mercado interno deprimido fueron la tormenta perfecta para que las ventas de vino cayeran un 9% el año pasado, y un 5% más en lo que va de este año. Los datos se desprenden del último informe “anticipo de comercialización de vinos y mostos” del Instituto Nacional de Viticultura (INV), que también destaca una caída del 6% en las exportaciones del sector.

“En 2016 y 2017 tuvimos cosechas muy malas, lo que provocó una suba de precios de casi el 90% en vino de mesa y un 75% en los varietales, justo cuando el mercado interno se estaba achicando”, señaló Sergio Villanueva de la Unión Vitivinícola Argentina. “En los dos últimos meses desaceleraron su caída, pero ni siquiera podemos hablar de una recuperación. Hoy las ventas están muy atadas a los descuentos y promociones que pueda encarar cada marca”.

Juan Carlos Pina, de Bodegas de Argentina, coincidió con el diagnóstico: “hay menos oferta y los precios subieron en un momento en que el bolsillo está sensible”, graficó. “Si bien el gobierno, apenas asumió adecuó la paridad cambiaria, sacó las retenciones y permitió importar con más facilidad insumos, todo eso fue contrarrestado por la inflación y la suba de costos”, destacó. “Por cada botella de vino, el 35% es el valor del contenido y el resto es el envase, el etiquetado, flete e impuestos”.

La merma en la cosecha generó que se pagaran mejores precios al productor, pero también se recurrió a las importaciones. “Se trajo vino a granel de Chile el año pasado para envasar acá admitió Pina. Pero no fue un volumen significativo, se importaron 67 millones de litros, cuando se despachan 800 millones por mes”.

“Se trató de una situación coyuntural, porque había faltante. Pasamos del sobre-stock a la escasez en apenas dos años”, acotó Villanueva.

La caída en el mercado interno (que representa el 80% de las ventas) tuvo su correlato en las exportaciones. “Argentina perdió mercados en los dos últimos años. En 2016 exportamos por u$s 800 millones, cuando habíamos llegado a más de u$s 1000”, apuntó el bodeguero Pina. Las más perjudicadas fueron las etiquetas de gama media, ya que en ese segmento Argentina dejó de ser competitiva y sólo se mantiene la exportación de vinos de alta gama. “Hace 10 años, el precio promedio por caja de un vino de exportación era de u$s 22 y ahora es de u$s 36”, graficó.

“La inflación, la carga tributaria de casi 40%, y la lejanía con el puerto nos quitan competitividad. El gobierno está licitando con los chinos la línea (ferroviaria) del San Martín para llegar al puerto con menos costos, pero eso va a demorar unos años”, apuntó el bodeguero.

“Las ventas vienen en baja, y nuestros costos subieron”, apuntó por su parte Ana Amitrano, gerenta comercial de Bodegas Familia Zuccardi, que exporta un 55% de su producción. “El precio de la uva creció más del 300%, pasó de $ 3 el kilo de uva Malbec a $ 15”, ilustró. “Nuestros vinos están en el segmento medio, de $ 80 para arriba, y allí es donde más bajaron las ventas. Los de alta gama, con un precio de $ 300 o $ 400, se mantuvieron, aunque son un volumen menor de nuestro negocio. Hoy el consumidor es selectivo, compra según las promociones, una herramienta a la apelamos, pero es difícil mantenerse si sólo se vende gracias a ellas”. Fuente El Cronista.

 

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