La importación de vino en el primer trimestre de 2017 fue superior a la suma de los últimos seis años.

Así lo destaca un informe de la Universidad de Avellaneda.

Breve descripción:

1La producción de la vid y sus derivados procesados no escapa a los problemas transversales del resto de las economías regionales. Costos productivos crecientes por la persistencia del proceso inflacionario y una inadecuada estructura impositiva, redundan en una importante pérdida de rentabilidad para los empresarios. Además, afectan fuertemente la falta de competitividad, tanto interna (infraestructura inadecuada y elevados costos logísticos) como externa (tipo de cambio atrasado y la consecuente necesidad de recurrir a la compra de vino a granel en el exterior).

2Lo anterior, sumado a condiciones climáticas desfavorables para la cosecha en los últimos meses, no hace más que agudizar la crisis por la que atraviesa el sector y el abandono de viñedos por parte de los productores de menor escala, con la consecuente disminución en las proyecciones de cosecha y la pérdida de puestos de trabajo asociada.

La presente infografía se estructura alrededor de cuatro ejes principales.

3En principio, analizamos las características más sustantivas del consumo interno y las proyecciones para el corriente año. En segundo lugar, indagamos sobre el desempeño comercial del sector en la coyuntura actual. A continuación, estudiamos las perspectivas de la producción por provincia, por tipo y las perspectivas para la actual cosecha. Por último, cerramos con un examen sobre la formación de precios, vinculando con el impacto sobre puestos de trabajo y cierre de emprendimientos privados. Como síntesis de los siguientes resultados empíricos, se destaca:

  • La venta de vino al mercado interno se redujo 8,3% en el último año, pasando de un total de 10,27 millones de hectolitros (mdh) en 2015 a 9,42 mdh en 2016. Esto redundó en la mayor caída en consumo de la última década.
  • Este fenómeno parece potenciarse en 2017, ya que registró en el primer bimestre una merma del 13,7% en los despachos totales de vino. Se destaca el descenso en el consumo interno de la misma proporción, mientras que se observa un desplome del 34% en la venta al exterior de vinos a granel.
  • Desde el plano comercial, la balanza del sector –históricamente superavitaria- empieza a deteriorarse por el crecimiento en las importaciones y la caída en ventas externas.
  • Así, en el primer trimestre de 2017 las importaciones en cantidad superaron a las que se registraron en el acumulado de los últimos seis años.
  • Por el lado de las exportaciones, cayeron un 20% en la comparativa entre el primer trimestre del corriente año con igual período de hace dos años atrás.
  • Con todo, se estima una caída del orden de los $3.000 millones de facturación de la industria vitivinícola, respecto a la de hace dos años atrás.
  • Fuente: Observatorio de Políticas Públicas-MPE de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV).
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